viernes, 30 de enero de 2015

TEMA DE EUROPA: lo más esencial

EUROPA.
Una visión rápida o general de los aspectos físicos.
Europa es sólo parte de un gran continente de la zona climática templada o de la moderación. Asía, África y América son conjuntos continentales mayores que atraviesan zonas climáticas de muy distintos caracteres. Europa es menos extensa y no tiene tan fuertes contrastes como las otras partes del mundo. Sus diferencias de clima son menos acusadas; también las que se derivan de él. Carece de desiertos y selvas vírgenes, contrastes que presenta algún otro continente. Su variedad es moderada.
Ocurre igual en la morfología. Su altitud medía es de 430 m., similar a la de Australia, pero dos veces menor que la de África, tres menos que la de Asia y también inferior a la de América. No tiene tan altas y extensas cordilleras y, se hallan orientadas en el sentido de los paralelos. La influencia marítima, a favor de esta circunstancia y del dilatado y movido litoral, penetra más, y es otra nota diferencial de moderación climática.
Tiene un complejo litoral, ya que de los tres posibles lados europeos, dos son marítimos y uno continental. El continental es muy regular, pero no ocurre lo mismo con los marítimos. De éstos, uno está de cara a los océanos Ártico y Atlántico; el otro, frente al Mediterráneo.
Hay profundos entrantes de aquellos océanos y de este mar en otros menores espacios marítimos, cuya continuidad, a su vez, se ve rota por penínsulas e islas.
El Ártico penetra por el mar Blanco, entre las penínsulas de Kanín y Kola.
El tránsito litoral al Atlántico se realiza mediante la península Escandinava hacia el sur.
En dirección norte se halla Jutlandia, y numerosas islas con el Báltico y profundos golfos.
En el Atlántico se hallan las extensas Islas Británicas separadas por el mar del Norte, el estrecho de Calais y canal de La Mancha. Islandia está lejos de Europa; cerca de Groenlandia.
El golfo de Vizcaya, en mar Cantábrico es otro accidente geográfico.
Al sur de él se extiende la península Ibérica. Su extremo meridional, es el estrecho de Gibraltar. Por él penetran las aguas del Atlántico hacia el Mediterráneo.
El Mediterráneo se roto por las numerosas islas y las penínsulas de Itálica, Balcánica e Ibérica. Tanta irregularidad hace que en el Mediterráneo se subdivida en otros mares: Tirreno, Jónico Adriático y Egeo, y en el fondo del mismo Mediterráneo está el mar Negro con península de Crimea y a su costado oriental, el mar de Azov.
En Resumen: un complicado litoral de penínsulas e islas y con penetraciones marinas que en algunos casos se continúan con otras menores. Todos estos accidentes contribuyen a hacer de Europa, la parte menos continental de la superficie terrestre.

EXTENSIÓN Y LIMITES.
Europa comprende uno de los cinco continentes del mundo con una extensión de 10.396.569 km². Esta situada en el centro del hemisferio norte continental; con Asia y África forma el viejo continente. Está estrechamente unida a Asia (de ahí, su denominación Eurasia), se presenta como una enorme península y debe su individualidad no tanto a elementos de orden físico como a hechos de índole histórica y humana. La falta de grandes extensiones heladas, de desiertos, de bosques malsanos o de cadenas montañosas infranqueables ha facilitado las relaciones entre los pueblos, creando una civilización unitaria.
Por tres de sus lados linda con mares: el Océano Glacial Ártico, el Océano Atlántico y el mar Mediterráneo, excepto por el E. El Este, según la mayor parte de los autores, iría (está situado) partiendo del mar de Azov, siguiendo los confines de Europa por donde discurren los ríos Manyd y Kuma, después se remonta el río Ural y se sigue la parte inferior oriental de los Urales hasta llegar al mar de Kara.
Los puntos extremos continentales de Europa son:
al N el Nordkinn (Laponia); al W el cabo da Roca en Portugal;
al S la punta de Tarifa (España); al E el punto más interior del golfo de Kara.
De N a S se extiende a lo largo de unos 4.000 km; de E a W, unos 5.000.

El centro geométrico se encuentra cerca de Varsovia. Es una parte maciza (comprendida en el triángulo que tiene como vértices la desembocadura del Volga, el golfo de Vizcaya y los Urales septentrionales, se contrapone una parte articulada, formada por islas (8%) y por penínsulas (27%).
Por lo tanto, el contorno está muy recortado, con 37.900 km de costas.
El istmo ponto-báltico (1.200 km), entre Gdansk (mar Báltico) y Odessa (mar Negro) divide Europa en dos partes. A un lado, una masa extensa y compacta, típicamente continental, uniforme en el contorno, el relieve, la hidrografía, el clima, la población, que se une íntimamente con la inmensa masa asiática.
Al otro lado, un territorio cada vez más sutil que presenta gran variedad de aspectos físicos y humanos, roto en penínsulas, recortado en las costas, acompañado por muchas islas, un territorio cuya extremada condición marítima contrasta con la continentalidad del otro.
 
EN RESUMEN
Europa es una de las cinco grandes partes en que tradicionalmente se considera parcelada la parte sólida o continental de la superficie terrestre.
Extensión. Europa tiene 10,4 millones de km². de extensión.
Situación. Esta se halla limitada al N y al O por los océanos Glacial Ártico y Atlántico, respectivamente. El límite S lo forman los mares Negro y Mediterráneo, la comunicación entre los cuales se produce a través del Bósforo, el pequeño mar de Mármara y el estrecho de los Dardanelos, enlace que también se produce entre el mismo Mediterráneo y el océano Atlántico con el estrecho de Gibraltar.
Se considera como límite oriental el formado por el mar Caspio, el río Ural y la cordillera de los Urales, que se extiende de S a N a lo largo del meridiano 600 long. E.
Coordenadas geográficas de Europa.
El septentrional europeo, el cabo Norte, está casi exactamente a 71º 1´ 10”Lat. N.
El meridional se halla en la pequeña isla de Gávdos, al S. de la de Creta, a 34º 1´ 45”.
Aunque los limites N, S y W son más precisos que el del E, tampoco lo son de manera absoluta.
La mayor parte de Europa está dentro de la zona climática: la templada del Hemisferio Boreal.

GEOGRAFÍA FÍSICA
Relieve.
Nuestro continente es muestra en la fase actual de un largo proceso geológico.
Sobre la evolución geológica. La formación del relieve europeo actual se debe a las glaciaciones, que tuvieron lugar durante la Era Cuaternaria en largos periodos en que el clima (se desconocen con seguridad los motivos) se recrudeció.
Los hielos polares cubrieron toda la zona septentrional, rebasando incluso lo que ahora son mares Bálticos y del Norte, y todas las importantes cordilleras. La acción de ellos, la del viento y la de las aguas actuando sobre los relieves dieron las formas actuales, acabaron la configuración de Europa, con los aportes de la erosión se formaron las llanuras que ocupan casi toda la zona central, hasta los Urales.
El septentrión está formado por depósitos glaciales; el Sur o meridión por loes, finos sedimentos que el viento arrancó a aquellos; el Este, junto al Atlántico, hasta donde esta gran llanura se extiende, por los sedimentos marinos que dejaron las transgresiones en los momentos en que Europa descendió en bloque. Los mismos sedimentos marinos o los glaciales, eólicos y fluviales forman las llanuras que se extienden entre los ramales alpinos y entre los bloques levantados de los macizos paleozoicos, pues se acumularon sobre fosas y depresiones.
Las mayores cimas europeas (el Mont Blanc con 4.807 m. es la máxima) no alcanzan las latitudes de África, América o Asia, pero la escasa altitud media europea no se debe sólo a esta circunstancia, sino más bien al gran desarrollo de tales llanuras. Si en los países mediterráneos limitan mucho su anchura, se hacen mayores en los atlánticos y llegan a dar desde éstos una continuidad total hasta el borde oriental, esto es, los Urales.
Así pues, las tres grandes unidades morfoestructurales lo componen:
1.- Los zócalos, llanuras o montañas prealpinas;
2.- Las cordilleras alpinas;
3.- Las fosas intramontanas.
Las fosas proceden de suelos más o menos colmatadas de sedimentos recientes, bien sean fosas formadas por la fracturación alpina de los viejos zócalos paleozoicos (como las de las dos Castillas, la fosa del Rhin, los Lowlands escoceses, la de Praga ...), que al mismo tiempo dieron lugar a una estructura de montañas germánicas, bien sean fosas propiamente subalpinas, como los valles del Guadalquivir y del Ebro, del Po, la llanura panónica, el valle bajo del Danubio o del Kura al pie del Cáucaso.
Todo el norte y centro de Europa, sobre todo, a partir del paralelo 50º, es prealpino, dominio de zócalos arrasados, llanuras, fosas y montañas de fracturación alpina, pero de materiales y pliegues (reducidos a penillanuras) mucho más antiguos.

En el extremo NO de Escocia hay un fragmento de zócalo precámbrico. Los zócalos de Irlanda, el País de Gales, Escocia y la Península Escandinava son viejas montañas de plegamientos caledonianos, arrasadas luego y fracturadas por los contragolpes alpinos. El sur de Irlanda y la Península de Cornualles inglesa, los Macizos armoricano y Central francés, el Eifel, los Vosgos, la Selva Negra, Harz, Sudetes, Bohemia, Lysa Gora, Urales, y la Meseta Ibérica, son fragmentos del mundo herciniano.

Las cordilleras alpinas y sus prefosas ciñen el mar Mediterráneo y acompañan a veces a sus montañas jóvenes con fragmentos de macizos antiguos incorporados a las raíces de sus pliegues.
Las cadenas andaluzas, murcianas y baleáricas, el Sistema Ibérico, las Cordilleras Cantábricas, los Pirineos, los Alpes, los Apeninos, Alpes Dináricos, los Cárpatos, el Cáucaso.
Las glaciaciones cuaternarias, y la acción de las aguas de superficie, modificada por los movimientos isostáticos y eustáticos, cincelaron el relieve postalpino, excavando circos y valles glaciares, rellenando fondos de valles y cubetas con los depósitos morrénicos y los aportes acarreados por los ríos a expensas de las vertientes, construyendo terrazas fluviales y modificando y empastando las costas.

Europa está formada, sobre todo, por llanuras bajas.
La altitud. media es de 340 m. Más del 44% del territorio está por debajo de los 150 m, la zona de colinas (150-500 m) abarca los tres décimos, la de baja montaña (500-1.000 m) poco más del 10% y sólo la vigésima parte se encuentra en alturas. superiores a los 1.000 m.
Sobre la base de la altura, la posición, las características del relieve y los accidentes geológicos, se pueden distinguir 4 regiones.
1) la Llanura europea o Sarmática: comprende la mitad oriental de Europa y está constituida por una plataforma antiquísima, recubierta por sedimentos marinos y continentales y también de depósitos fluvio glaciares, por estratos de loess y depósitos minerales. La altura media es de 200 m, con valores algo más elevados en las Alturas de Rusia Central y en el Valdai (343 m) y más bajos alrededor del mar Caspio, donde desciende por debajo del nivel del mar. Sólo en la periferia existen dos cadenas, al S los montes de Crimea y al E los Urales. Más allá del umbral de Carelia (entre el golfo de Finlandia y el mar Blanco), Finlandia se une a la llanura europea y presenta el aspecto de una meseta de rocas graníticas y gnéisicas, nivelado por la erosión (Escudo Báltico), recubierto de terrenos morrénicos. Similar es el paisaje de Scania (Escandinavia meridional.).
2) Relieves de Escandinavia y de las Islas Británicas: en Escandinavia, el relieve, aunque también de edad geológica remota, desciende progresivamente en una serie de llanuras hacia el golfo de Botnia, mientras hacia el Océano Atlántico presenta una serie de montes escarpados, con pendientes pronunciadas, esculpidos por los glaciares que tallaron en ellos innumerables fiordos. En lo alto prevalecen superficies llanas, tabulares y en forma de cúpula, cubiertas en parte por glaciares.
Aunque es menos elevado, el relieve de las Islas Británicas tiene caracteres similares; asume formas abruptas en Escocia; en los montes Peninos, como la erosión fue más intensa, prevalecen formas más suaves y áreas casi llanas.
3) Relieves de Francia y Alemania: están constituidos por una serie de macizos aislados de diferente amplitud y dirección, residuos de montadas más elevadas que han sufrido durante largo tiempo la acción de la erosión. Son el Macizo Central francés, los Cevennes, las Ardenas, los Vosgos, la Selva Negra, el Macizo Esquistoso Renano, la Selva de Turingia, los Montes Gigantes, los Sudetes. Entre ellos se encuentran con frecuencia valles llanos o levemente ondulados. Presentan el carácter de la montaña media, carecen de valles profundos y de crestas afiladas; sus cimas tienen forma de cúpula o son llanas y con frecuencia están cubiertas de bosques.
4) Cadenas alpinas de la Europa meridional: el relieve, de edad geológica más reciente, asume el aspecto de la alta montaña, con dorsales muy alargadas y con frecuencia arqueadas. A las cadenas mediterráneas europeas pertenecen los Pirineos, los Alpes con el Jura, los Cárpatos y los Balcanes que forman un arco más exterior y además Sierra Nevada, los Apeninos y los relieves de la región balcánica (Pindo, Alpes Albaneses, etc.) que forman un arco interior.





CLIMA.
Muchas circunstancias hacen que los climas de un continente tan singular como el nuestro. Europa es, en efecto, un continente de costas recortadas y profundas penetraciones de un océano situado a su lado occidental; un continente dilatado íntegramente en zona templada entre los paralelos 35º y 70º N, es decir, en la zona de paso del frente polar (movido por la comente en chorro), a distintas latitudes según la estación, con sus mayores relieves tendidos de E a O, con sus llanuras septentrionales abiertas, por tanto, al recorrido de los frentes y las borrascas nordatlánticas.
Un diminuto continente flanqueado al Sur por una imponente masa de aguas soleadas y cálidas, contiguo a un inmenso continente cálido y al mayor desierto del mundo; sin solución de continuidad al Este con las tierras continentales asiáticas; no lejos del casquete polar...
Los climas de Europa en: mediterráneos (litoral y continental), oceánicos (propiamente dichos y degradados) y continentales.
La circulación general atmosférica a ras de suelo y en altura, la situación en latitud, la distribución de tierras y mares, la influencia de las masas continentales vecinas, el propio relieve y exposición de su territorio, justifican más que sobradamente la riqueza de matices y las numerosas “excepciones” que los climas de muchos lugares suponen dentro de lo que parece debía ser una norma general.

Corresponde a Europa por su latitud un clima de suaves temperaturas.
Por estar Europa cerca un océano y muy abierta a su influencia, el clima es húmedo. Pero Europa se halla soldada al continente asiático y, en parte, abierta a la influencia polar.
Hacia el interior y en las cercanías del ártico se difuminan los caracteres atlánticos.
En el sur, cerca del Mediterráneo, donde a la situación latitudinal más baja se une el hecho de la existencia de paredones montañosos que protegen de la influencia continental.
La uniformidad climática se debe a su latitud media pero hay que señalar diferencias por regiones. Dichas regiones son la Occidental, la Oriental y la Meridional, que se corresponden a los dominios climáticos atlántico, continental y mediterráneo. Pero también otras dos, la Nórdica o Septentrional y la Central, en las que se realiza la transición entre esos distintos caracteres climáticos.
Las barreras montañosas cierran el paso de la influencia atlántica hacia el interior de la península Ibérica, y su extremo meridional, a tan baja latitud, se halla también fuera, en otro sentido, de ese dominio climático. En cambio, se prolonga por el Norte, merced a la corriente marina cálida del golfo de México, que avanza por el litoral escandinavo. Pero en esta península no se adentra mucho porque los Alpes escandinavos lo impiden. Entre ambas posiciones extremas, septentrional y meridional, la influencia atlántica penetra bien hasta alcanzar la Europa Central a favor de la indicada y amplia gran llanura.

El clima, de la Europa Central, es de tipo atlántico y se caracteriza por tener inviernos relativamente suaves y veranos frescos. La amplitud térmica resultante a lo largo del año es, pues, moderada, en general no superior a 15º ó 16º. La causa es que el océano, como masa líquida, se calienta y enfría menos que la continental, y sus más suaves condiciones repercuten en las tierras abiertas a su influencia, también ésta la humedad sobre el océano, en latitudes medias, se halla el llamado frente polar, realmente subpolar, en que entran en contacto las masas de aire frías con las tibias o tropicales.
En las interpenetraciones de unas en otras se producen borrascas que al avanzar hacia el este riegan la Europa. Occidental. Son lluvias regularmente repartidas, aunque más persistentes desde otoño hasta primavera o, más aún, en estas estaciones equinocciales; y resultan en total precipitaciones que, si se debilitan hacia el interior, rebasan los 1.500 mm en la zona costera, en la que hay puntos que sólo se ven libres de ellas menos de 100 días al año.
En pleno invierno queda contrarrestada la influencia atlántica cuando el anticiclón de las Islas Británicas cierra el paso a las borrascas. Toda o casi toda Europa cae entonces bajo el dominio del anticiclón siberiano, y hasta las mismas penínsulas meridionales sufren entonces sus gélidos efectos. Esta influencia del norte o nordeste se hace más acusada y general en la región más interior, la de clima continental. Al alejarse la vertical del sol hacia el Ecuador y el Trópico de Capricornio, la masa euroasiática se enfría con más rapidez e intensidad que el Atlántico. El anticiclón siberiano, que durante el verano estuvo constreñido, incluye en su dominio a toda la Europa Oriental que sufre entonces temperaturas bastante inferiores a 0º.
En el verano, por el contrario, la misma circunstancia de la lejanía oceánica, da lugar a un rápido caldeamiento que funde el hielo formado por la escasa humedad invernal. No supera entonces en muchos grados al clima atlántico, pero la mayor diferencia de las temperaturas invernales que ambos tienen da como consecuencia en el continental una mayor amplitud térmica. Este clima tiene lluvias de verano porque las bajas presiones de ese momento permiten la llegada de aire húmedo, pero resulta en total una precipitación muy inferior a la propia de la región atlántica.
En Europa Meridional dominan las condiciones derivadas de la baja latitud y la proximidad al Mediterráneo.
Sus principales caracteres son las suaves temperaturas invernales y la escasez o nulidad de lluvias de la estación estival, lo que, unido al calor y la fuerte evaporación derivada, da lugar a gran aridez. Esta aridez se prolonga cinco o seis meses del año, y a esta circunstancia, catas- trófica desde el punto de vista económico, se suma la contraria de las lluvias, que caen de manera torrencial y en breves lapsos de tiempo durante la época opuesta del año. Los lugares donde este clima se manifiesta con más claridad alcanzan una insolación superior a 2.500 h. que se reparten en casi 300 días del año. La aridez en ellos resulta muy acusada, casi desértica. En el ángulo sudeste de la península Ibérica apenas se alcanzan los 200 mm. de lluvia anual. En todo caso es invernal, cuando las bajas presiones mediterráneas atraen aire atlántico. Pero también estas bajas presiones pueden dar lugar a penetraciones de aire continental frío. Fuera de los lugares más típicos mediterráneos caben así algunas heladas invernales que, por circunstanciales, resultan también adversas para las formas de utilización del suelo, acomodadas a las indicadas notas generales.
Los caracteres mediterráneos se diluyen con la altitud y donde las cordilleras, como en el caso de la península Ibérica, se orientan paralelas al litoral actuando de barreras. Por esto se distinguen en la región Meridional dos áreas: la península Ibérica y la Balcánica con caracteres climáticos que muestran rasgos atlánticos o de continentalidad o están más diluidos los típicos mediterráneos.
La Europa Nórdica o Septentrional gravita entre los caracteres atlánticos, dominantes al sur de ella, y los continentales. Lo mismo ocurre en la Europa Central que, en parte, recibe también alguna influencia mediterránea. Y tanto en éstas corno en aquellas regiones hay que señalar las modificaciones que impone la altitud. Estas modificaciones resultan más suaves en Europa Meridional, donde la nieve se limita a unos espacios y pequeños nichos durante el verano y sólo en la alta montaña o en sus vertientes septentrionales. En cambio, en las cordilleras de las otras regiones recubre las altas cumbres todo el año.

En resumen
Dada su posición entre los 35º y los 71º de latitud N Europa se caracteriza por un clima templado. Determinan las variaciones del clima la vecina masa continental asiática, la altimetría, la acción moderadora del mar, diferente según prevalecen los influjos mediterráneos o atlánticos.
Se distinguen seis tipos de clima.
1) Clima atlántico
: se extiende desde el N de Noruega basta el N de Portugal y abarca las Islas Británicas, gran parte de Francia, Países Bajos, las costas occidentales de Dinamarca y Alemania hasta el Oder. Se caracteriza por inviernos suaves, veranos no muy calurosos, variaciones térmicas limitadas, precipitaciones copiosas (800-1.300 mm anuales), bien distribuidas en el curso del año y raramente de nieve, intensa nubosidad.
2) Clima de transición: pasando de las regiones occidental a las centrales, la influencia del Océano Atlántico se atenúa y los inviernos se vuelven más fríos y las variaciones térmicas más altas; las lluvias, no muy abundantes, son más copiosas en verano. Presentan este clima Alemania suroriental, Polonia, la cuenca superior y media del Danubio y los países balcánicos.
3) Clima de Europa oriental.: también se llama sarmático porque es común a gran parte de la llanura Sarmática. Es un clima riguroso, con inviernos largos y fríos y veranos calurosos, variaciones térmicas notables entre meses extremos, lluvias escasas predominantemente estivales. Los ríos se hielan durante 4-6 meses al año y la nieve cubre el terreno durante largo tiempo.
4) Clima póntico de Rusia meridional: en Europa sur-oriental, las lluvias disminuyen, las temperaturas estivales aumentan y las diferencias térmicas son elevadas. El suelo está cubierto de estepas y alrededor del mar Caspio aparece un clima subdesértico.
5) Clima mediterráneo: se caracteriza por inviernos suaves, veranos no muy calurosos y secos y lluvias predominantemente invernales con frecuencia violentas. En verano el cielo suele estar sereno. No son raros los vientos violentos, como el mistral. Se limita a las regiones costeras de Crimea, Tracia, Grecia, Dalmacia, Italia, Francia meridional. y las zonas periféricas de la península Ibérica.
6) Clima ártico: es característico de las regiones más septentrionales de Europa nororiental. Las temperaturas se mantienen bajas durante todo el año, con precipitaciones generalmente de nieve y suelos helados.

HIDROGRAFÍA
Los caracteres de los ríos son consecuencia de los morfológicos y climáticos. Así, los de Europa muestran también rasgos de valor moderado y sin exagerados contrastes, de acuerdo con sus determinantes.
Los ríos más largos de Europa son:
el Volga, que rebasa los 3.600 km.
el Danubio, que tiene más de 2.800.
el Ural, Dnieper y Kama, este último afluente del Volga, que pasan de los dos millares de Km. Son de recorrido muy inferior al que tienen las grandes arterias fluviales que atraviesan los continentes de África, Asia y América.
El Danubio discurre de O a E, paralelo al lado meridional de las llanuras.

Los ríos de menores longitudes corresponden, salvo excepciones, a penínsulas e islas.
El Po, principal río de la península Itálica, sólo alcanza 652 Km.; mayor longitud tienen los principales de la Ibérica, pero menor los de la Balcánica y la Escandinava.
Las cuencas formadas por las cordilleras europeas no son de gigantesco desarrollo, ya que las numerosas piezas levantadas mediante pliegues o fracturas por los movimientos alpinos dan una gran compartimentación de cuencas. Sólo la del Volga rebasa el millón de km², que es muy inferior a la de los grandes ríos mundiales, la del Danubio se limita a 800.000 de km², y las del Dnieper y Kama, a menos de medio millón de km².
Sí se hace un recuento de las principales características de Europa ella nos muestra que posee muchas cuencas de reducidas dimensiones. Los caudales absolutos superiores son los de las mayores cuencas receptoras, aunque igualmente contrastan con los que en esos otros continentes unen a la gran extensión grandes alturas circundantes de innivación continua, o incluso, las fuertes lluvias ecuatoriales o monzónicas.
El Volga rebasa los 7.000 ml de media en la desembocadura;
el Danubio, favorecido por los aportes alpinos, los 6.500.
En la vertiente meridional alpina, discurre el Po, con 652 km. aporta sólo tiene 1.800 m³.
Los que abren sus cuencas a las borrascas atlánticas y remontan su cabecera a zonas de fuerte innivación son los de mayor caudal relativo.

Los caudales proporcionalmente a sus cuencas fluviales no se reparten de la misma manera en todos ellos.
El Dnieper y el Don, no llegan a dos litros por km² de cuenca;
el Volga de cuenca más extensa, es inferior a cinco;
el Danubio con sus aportes alpinos, sube en cambio a 7,3;
el Rin, que atraviesa además una zona de abundantes precipitaciones, alcanza 9,8.

Los caudales más regulares son los de los ríos que atraviesan sus cuencas el clima atlántico, pues se alimentan con lluvias bien distribuidas a lo largo del año.
Los orientales se hielan en invierno, aumentan de manera brusca su caudal en primavera, cuando se produce la fusión, y lo reducen en verano.
En el clima continental las lluvias son estivales, pero hay entonces fuerte evaporación, y el suelo, reseco, absorbe la humedad.
La irregularidad caracteriza a los mediterráneos, que tienen aguas altas desde otoño a primavera, a favor de las lluvias y la escasa evaporación, con fuertes crecidas incluso en esas estaciones, pero que llegan a secarse, o casi secarse, a finales de verano.

En resumen
Europa no posee cursos de agua (ríos) muy largos (Volga, 3.531 km, Danubio 2.860, Rin 1.326) ni posee vastas cuencas fluviales; le falta, además, un nudo hidrográfico central. Prevalecen los ríos de llanura que pueden ser remontados por naves (Támesis, Sena, Escalda, Rin).
En Europa oriental, los ríos derivan en forma radial hacia 4 mares: el Pechora y el Dvina Septentrional van hacia el Occidental Glacial Ártico; Neva y Dvina occidental al Báltico; Dniéper, Don y Dniéster al mar Negro, y el Volga al mar Caspio.

LOS LAGOS ocupan 135.000 km² del territorio de Europa. La zona más rica es la circumbáltica, en el dominio ocupado por los glaciares cuaternarios, destacando el territorio finocarélico (Ladoga 18.400 km², Onega 9.610 km²) y el sueco. La zona alpina también posee grandes lagos; los más extensos son el de Ginebra (581 km²) y el de Constanza (538 km²).


SUELOS Y VEGETACIÓN.
Suelos.
Los climas, roquedos y vegetación originaron y generan los suelos.
El norte de la vieja URSS. y de la P. Escandinava lo ocupan suelos de tundra.
Escocia, el sur de Irlanda, Dinamarca y gran parte de la Península Escandinava y de la URSS., entre los 60º y 70º N, son dominio de los suelos podsólicos con zonas de suelos de montaña con suelo podsólico, esquelético, incluyendo enclaves de suelos de tundra y de prado alpino en las mayores alturas, los Cárpatos, montañas hercinianas de Europa central, las tierras montañosas del sur de la URSS. y Turquía, al mar Negro, y en Galicia y Escocia.
La llanura germano-polaca, los Países Bajos, Francia, el oeste de los Alpes e Inglaterra tienen preferentemente suelos de tierra parda fuertemente podsolizada.
Los suelos pardos forestales, con sus correspondientes suelos de montaña, las terra rossa y las rendsinas, con enclaves de suelos esqueléticos, podsólicos y de prado alpino, ocupan la mayor parte de los países mediterráneos europeos, alternando con suelos: rojizo de pradera, castaño, y pardo rojizo, y pequeñas pero económicamente muy importantes manchas de suelos aluviales.

La vegetación
La vegetación natural casi ha desaparecido por completo.
Las plantas y asociaciones vegetales que ahora vemos son el resultado directo o indirecto de la multisecular actividad antrópica que ha modificado sensiblemente el paisaje vegetal y, consecuentemente, el suelo.
El clima, la morfología y el litología determinan las condiciones edáficas, y todas ellas las vegetales.
A los tres grandes y generales dominios climáticos ya señalados corresponden otros tantos de vegetación.
La conjunción de condicionamientos climáticos y acción antropógena da como resultante en las zonas de clima atlántico tres distintas formaciones vegetales: bosque, landa y pradera.
El bosque corresponde a la situación original. La acción humana ha contribuido a la extensión de algunas especies a costa de otras y, sobre todo, ha dado paso, por degradación, a la landa y la pradera.
El bosque atlántico es el politípico caducifolio, integrado principalmente por diversos robles (Quercus pedunculata y Q. sessiliflora, sobre todo) y hayas (Fagus silvatica). El hombre ha favorecido la propagación del pino marítimo (Pinus pinaster) y otros.
La deforestación continuada produce la landa. Es el matorral formado por genistas o allagas (Ulex europeus como dominante), helechos (Pteridium aquilinum) y diversas Ericas o brezos. En muchos lugares, el mismo brezal, por intervención humana, da paso a la pradera permanente.
El abundante humus del bosque presente y del pasado acidula más el agua de lluvia que cae sobre el suelo. La alteración de la roca en los bloques paleozoicos y en los aportes procedentes de ellos determina suelos ácidos o podsólicos.
El pH llega a ser inferior a seis en muchos lugares porque los carbonatos son arrastrados a bajos horizontes. En las formaciones calcáreas carentes de arcilla resultan rendzinas o suelos también pobres, pero, si hay arcilla que transforme en margas la caliza y la impermeabilice, se originan suelos pardos que retienen más la humedad y asimilan mejor los fertilizantes.

En la región Oriental hay algunas diferencias climáticas. Como consecuencia, se producen cuatro distintas formaciones vegetales: tundra, taiga, bosque y estepa.
Los suelos de la tundra son negros, con frecuencia pantanosos, muy ricos en humus.
Los de la taiga son muy ácidos, tipo podsol, porque no hay en ella calor suficiente para que los carbonatos que bajan a horizontes profundos puedan de nuevo subir a la superficie.
Bajo el bosque más meridional dominan los suelos pardos, y en la estepa, el chernosien. El humus que aquí producen las gramíneas alcanza a los distintos niveles u horizontes edáficos, y el calcio no migra hacia abajo. Resultan suelos neutros, con pH igual a siete o incluso de reacción básica, capaces de magníficos rendimientos agrarios. Donde las condiciones de aridez se intensifican, resultan suelos demasiado cargados de cal y sales y con pH que llega a ser igual a nueve, es decir, demasiado básico.
La formación vegetal originaria del clima mediterráneo es el bosque de igual denominación, perennifolio y muy abierto.
El árbol típico es la encina (Quercus ilex), con acompañamiento de algunos robles (Quercus lusitanica y Q. pyrenaica o Q. tozza); en suelos ácidos, alcornoques (Quercus suber) y, favorecidos por el hombre, Pinus pinaster y P. sylvestris. Sobre suelos calizos, en general menos húmedos, el pino carrasco o de Alepo (P. halepensis) y el pino laricio o rodeno. A la sombra de las encinas crece un sotobosque de retamas, jaras, romero (Rosmarinus officinalis) y otras labladas.
La deforestación continuada ha hecho que este matorral de plantas arbustivas domine sobre el querquecetum.
En suelos ácidos, el matorral es el maquis o formación de enebros arbustivos (junipérus comunis), jaras (Cistus ladaniferus y otras), brezos. (Erica arborea), cantueso (Lavandula pedunculata), etc.
El matorral de suelos calizos es la garriga, integrada por la coscoja (Quercus coceifera), cuyo nombre vulgar (garrigue en francés, garric en catalán) define la formación. La acompañan sabinas (luperus phenicla, 1. turiphera), espliego (Lavandula tatifolla) y otras diversas especies aromáticas. En el maquis dominan las plantas silicícolas; en la garriga, las calcícolas.

Plantas que, como los enebros o las sabinas, pueden en otras condiciones adquirir aspecto arbóreo se limitan en éstas a forma arbustiva. Así, las dos formaciones son de matorral, aunque más denso que el maquis porque los suelos silíceos retienen más la humedad que los calizos.
El esparto (Stipa tenacissima) marca la mayor aridez, y él mismo y el pobre pastizal invernal constituyen la última formación de estas latitudes, el erial, cuando las rozas continuadas no permiten siquiera el matorral. En cambio, el hombre ha favorecido la introducción o la expansión de especies de origen extraeuropeo, como pitas (Agave americana), nopales o chumberas (Ficus indica) y palmeras.
Con el clima mediterráneo las rocas silíceas y la pobre vegetación originan suelos pardos meridionales, de ligera acidez, y tierras rojas no cálcicas. Sobre las calizas se forman suelos castaños y, con mayor aridez, el serosem, más cargado de cal. Pero la formación edáfica más típica mediterránea, procedente de roca madre caliza, es la terra rossa, poco ácida porque la pobre vegetación no produce mucho humus y la escasa humedad no arrastra los carbonatos.

Se pueden distinguir zonas vegetales en relación, sobre todo, con la sucesión latitudinal de los climas, pero afectadas también por las características del relieve y los suelos, por encima del límite altitudinal dando una tipología de bosque, sobre las montañas que lo rebasan, domina la vegetación alpina.
En la península escandinava, sobre la casi totalidad de Noruega, y el norte de la Península de Kola, así como en Islandia y el extremo norte de la URSS., se dilata la tundra y el inacabable bosque de coníferas ocupa buena parte de Suecia, Finlandia y las tierras de la Unión Soviética europea al norte del paralelo 60º, así como extensas superficies de los Alpes, los Cárpatos y el Atlas Argelino.
El bosque mixto de coníferas y frondosas de hojas caducas señoreaba el resto de la Europa de clima templado o continental, una franja continental en paralelo a las costas de Turquía, los Apeninos y nuestros Pirineos y orla cantábrica, así como el norte interior de Portugal.
El bosque caducifolio ocupaba en cambio una franja meridional de la cordillera escandinava, al sur de Suecia, y prácticamente completas Dinamarca, Alemania Occidental, Holanda, Bélgica, Francia y gran parte del Reino Unido e Irlanda (con la excepción de las áreas de turberas, brezales y herbazales del NO de Irlanda, Escocia y centro de Inglaterra).
A estas superficies se suman las de una gran franja al sur de los bosques mixto y de coníferas rusos, otra que viste a la vertiente septentrional de la cordillera del Cáucaso, una zona a sotavento de las costas turcas de los mares Negro y Egeo, otra alrededor de la estepa húngara y una tercera en el valle del Po.

El bosque semicaducifolio de frondosas de hoja perenne corresponde sobre todo a las montañas de Castilla la Vieja, Sistema Ibérico y el Somontano Pirenaico, mientras la vegetación mediterránea, en sentido estricto, viste las costas y una banda interior poco profunda de los países que en Europa, Asia Menor y el oeste de África del Norte había nuestro mar, ya que el resto de las costas mediterráneas norteafricanas son, salvo raras excepciones, dominio de pastos muy ralos o de auténtico desierto vegetal.
La estepa leñosa sucede hacia el Sur en la vieja URSS al bosque caducifolio; a mediodía de ella se encuentra, la estepa herbácea, bien representada también en Hungría y en el Ebro y sudeste españoles.
En el extremo oriental de Europa, en franjas paralelas al Caspio y en Turquía y Siria, la degradación climática hacia la aridez permite sólo extensas zonas de eriales de hierba muy corta y rala y el matorral desértico.

En resumen
El hombre ha modificado profundamente el manto vegetal desde las épocas más antiguas, pero siempre se puede reconocer la existencia de varias asociaciones de plantas que se disponen de N a S en cinco franjas más o menos paralelas.
1) Zona de la tundra: prevalecen los arbustos de no más de 1 m de altura (como la Betula nana) y asociaciones de musgos y líquenes. La tundra ocupa la zona septentrional de Escandinavia y Rusia.
2) Zona del bosque boreal: ocupa el N de Escocia, Finlandia y Rusia al S de la tundra. Prevalecen las coníferas (Pinus silvestris, Picea excelsa, Larix decidua, etc.).
3) Zona del bosque templado: desde Inglaterra y Escandinavia meridional se extiende por Francia, Alemania, Bohemia, Eslovaquia, Alpes septentrional, región balcánica, Polonia y regiones central de Rusia. Las especies más comunes son la encina, el haya, el castaño, el olmo, el arce.
4) Zona de las estepas: en Ucrania y Rusia al sur de la línea Kiev-Kazan prevalecen las estepas, que se extienden basta la llanura danubiana.
5) Zona de la maquia: en las regiones costeras caracterizadas por el clima mediterráneo prevalecen árboles y arbustos de hoja perenne; especies características son el pino marítimo, el acebo, el alcornoque, el algarrobo y además el lentisco, la retama, el brezo, el mirto, etc., mezclados con zarzas que constituyen justamente, la típica maquia.

FAUNA.
Desde el punto de vista zoogeográfico, dados los continuos intercambios ocurridos, las varias regiones de Europa no se caracterizan por especies típicas. Hay algunas excepciones corno el alce, confinado en la actualidad en las regiones más septentrional, el bisonte que vive sólo en Polonia y el jabalí, bastante comente en algunas regiones de Europa centro meridional. En cambio, es muy característica la fauna alpina, cuyos representantes más típicos son la cabra montés, el rebeco y la marmota. Entre los primates, el único representante es el mono de Gibraltar, pero parece haber sido importado por el hombre.

EUROPA: ESQUEMA
EUROPA está situada en el hemisferio Norte, en el centro de todas las tierras emergidas.
Es el continente más pequeño. Tiene 10 millones de km², unas 20 veces España. Puede considerarse como una península de Eurasia, pero con caracteres físicos y humanos propios
Caracteres físicos: Europa está limitada:
Al Norte, por el Océano Glacial Ártico.
Al Oeste, por el Océano Atlántico.
Al Sur, por el Mediterráneo, el mar Negro y el Caucaso.
Al Este, por los montes Urales, el río Ural y el mar Caspio.

SU RELIEVE presenta zonas bien distintas:
1ª Al Noroeste, montañas viejas: montes de Escocia y montes Escandinavos.
2ª Al Norte, la gran llanura europea, que se extiende desde Francia hasta Rusia.
3ª Al centro, Mesetas y Macizos, como el Macizo Central Francés, los Vosgos, montes de Bohemia.
4ª Al Sur, montañas jóvenes: Pirineos, Alpes, Apeninos, Cárpatos, Balcanes, Cáucaso.
La cordillera más importante es la de los Alpes, donde se encuentra el pico más alto de Europa: Mont Blanc, que tiene 4.807 metros.
La costa europea es muy recortada, ofreciendo numerosos cabos, penínsulas, golfos, islas y mares interiores.

HIDROGRAFÍA:
En Europa no existen grandes ríos ni grandes cuencas fluviales.
Sólo siete pasan de los 1.000 kilómetros. El río más largo es el Volga (3.688 kilómetros); le sigue el Danubio (2.960) y el Rhín. Son los tres más importantes. Muchos son navegables y están unidos por numerosos canales. Los centros principales de dispersión de las aguas son: los Alpes, la Meseta de Valday y el Macizo Central francés.

CLIMAS Y PAISAJES VEGETALES
El clima y la vegetación europeos ofrecen cuatro tipos:
1. Clima oceánico: es decir, moderado y húmedo, se extiende por todo el Oeste. La vegetación es abundante y el paisaje permanece verde casi todo el año. Predominan la pradera y el bosque de árboles de hoja caediza.
2. Clima mediterráneo: de inviernos dulces, veranos calurosos y secos y lluvias en primavera y otoño, se extiende por todo el Sur de Europa. La vegetación es pobre por la sequedad, son característicos: el olivo, naranjo, vid, entre las plantas cultivadas, la encina y el alcornoque, entre las espontáneas. También abundan las plantas aromáticas: romero, tomillo. La formación vegetal propia es la garriga.
3. Clima continental: propio de la Europa central y oriental: de inviernos fríos y secos y veranos muy rigurosos. En vegetación predominan los bosques de abetos, la estepa y en los casos extremos, la taiga y la tundra.
4. Clima de montaña: muy frío en invierno, con nieve abundante; fresco y agradable en verano. El paisaje presenta praderas en verano; y bosques de abetos que ocupan las alturas inferiores a 2.500m.


LOS ACCIDENTES GEOFÍSICOS DE EUROPA. LOCALIZALOS en un MAPA MUDO


MARES
Los mares que circundan a Europa son:
El Océano Glacial Ártico, al Norte.
El Mediterráneo, al Sur.
El Océano Atlántico, al Oeste.

COSTAS
COSTAS DEL OCÉANO GLACIAL ÁRTICO.
Mar: Blanco.
Península: Kanin y Kola.
Estrecho: Kara.
Cabo: Norte.
COSTAS DEL MEDITERRÁNEO Y NEGRO
Mares: Tirreno, Adriático, Jónico, Egeo, Mármara, Negro, Azov y Caspio.
Golfos: León, Génova, Venecia, Tarento y Lepanto.
Penínsulas: Ibérica, Itálica, Balcánica, Morea y Crimea.
Cabos: Gata, Pasaro, Espartivento, Leuca y Matapán.
Estrechos: Gibraltar, Mesina, Otranto, Dardanelos, Bósforo y Kerch.
COSTAS DEL ATLÁNTICO
Mares: Cantábrico, del Norte y Báltico.
Golfos: Vizcaya, Zuiderzée, de Finlandia y Botnia.
Penínsulas: Ibérica, Jutlandia y Escandinavia.
Cabos: San Vicente, Finisterre, San Mateo, Lands’End, Clear y Lindesnés.
Estrechos: Gibraltar, Paso de Calais, Eskágerrak, Categat y Sund.

ISLAS
En el Mediterráneo: Baleares, Córcega, Cerdeña, Malta, Creta e islas del Mar Egeo.
En el Atlántico: Gran Bretaña, Irlanda, Islandia, Feroe, Seetland, Hébridas y Orcadas.
En el Báltico: Seeland, Oland, Gotland y Osel.
En el Ártico: Lofoten, Spitzberg y Nueva Zembla.

RÍOS
En el Mediterráneo: Ebro, Ródano, Tíber y Po.
En el Mar Negro: Danubio, Dniester, Dnieper y Don.
En el Mar Caspio: Volga y Ural.
En el Ártico: Pechora Dvina.
En el Báltico: Duna, Niemen, Vístula y Oder.
En el Mar del Norte: Elba, Weser, Rhin, Mosa, Escalda y Támesis.
En el Atlántico: Sena, Loira, Garona, Duero, Tajo, Guadiana y Guadalquivir.
 
LAGOS
Región Báltica: Véner, Véter y Melar (Suecia).
Ladoga (el mayor, 18.000 Km.2), Onega y Peipus (en Rusia).
Región Alpina: Ginebra, Constanza y Cuatro Cantones (en Suiza).
Mayor, Como y Garda (en Italia).

VOLCANES
Iekla, Vesubio y Etna.