viernes, 8 de junio de 2018

Tema 10: Contenidos de Europa

Desarrollo de CONTENIDOS

Una visión rápida o general de los aspectos físicos.

Europa es sólo parte de un gran continente de la zona climática templada o de la moderación. Asía, África y América son conjuntos continentales mayores que atraviesan zonas climáticas de muy distintos caracteres. Europa es menos extensa y no tiene tan fuertes contrastes como las otras partes del mundo. Sus diferencias de clima son menos acusadas; también las que se derivan de él. Carece de desiertos y selvas vírgenes, contrastes que presenta algún otro continente. Su variedad es moderada.

Ocurre igual en la morfología. Su altitud medía es de 430 m., similar a la de Australia, pero dos veces menor que la de África, tres menos que la de Asia y también inferior a la de América. No tiene tan altas y extensas cordilleras y, se hallan orientadas en el sentido de los paralelos. La influencia marítima, a favor de esta circunstancia y del dilatado y movido litoral, penetra más, y es otra nota diferencial de moderación climática.

Tiene un complejo litoral, ya que de los tres posibles lados europeos, dos son marítimos y uno continental. El continental es muy regular, pero no ocurre lo mismo con los marítimos. De éstos, uno está de cara a los océanos Ártico y Atlántico; el otro, frente al Mediterráneo.

Hay profundos entrantes de aquellos océanos y de este mar en otros menores espacios marítimos, cuya continuidad, a su vez, se ve rota por penínsulas e islas.
El Ártico penetra por el mar Blanco, entre las penínsulas de Kanín y Kola.
El tránsito litoral al Atlántico se realiza mediante la península Escandinava hacia el sur.
En dirección norte se halla Jutlandia, y numerosas islas con el Báltico y profundos golfos.
En el Atlántico se hallan las extensas Islas Británicas separadas por el mar del Norte, el estrecho de Calais y canal de La Mancha. Islandia está lejos de Europa; cerca de Groenlandia.
El golfo de Vizcaya, en mar Cantábrico es otro accidente geográfico.
Al sur de él se extiende la península Ibérica. Su extremo meridional, es el estrecho de Gibraltar. Por él penetran las aguas del Atlántico hacia el Mediterráneo.

El Mediterráneo se roto por las numerosas islas y las penínsulas de Itálica, Balcánica e Ibérica. Tanta irregularidad hace que en el Mediterráneo se subdivida en otros mares: Tirreno, Jónico Adriático y Egeo, y en el fondo del mismo Mediterráneo está el mar Negro con península de Crimea y a su costado oriental, el mar de Azov.
En Resumen: un complicado litoral de penínsulas e islas y con penetraciones marinas que en algunos casos se continúan con otras menores. Todos estos accidentes contribuyen a hacer de Europa, la parte menos continental de la superficie terrestre.
 

EXTENSIÓN Y LIMITES.
Europa comprende uno de los cinco continentes del mundo con una extensión de 10.396.569 km². Esta situada en el centro del hemisferio norte continental; con Asia y África forma el viejo continente. Está estrechamente unida a Asia (de ahí, su denominación Eurasia), se presenta como una enorme península y debe su individualidad no tanto a elementos de orden físico como a hechos de índole histórica y humana. La falta de grandes extensiones heladas, de desiertos, de bosques malsanos o de cadenas montañosas infranqueables ha facilitado las relaciones entre los pueblos, creando una civilización unitaria.

Por tres de sus lados linda con mares: el Océano Glacial Ártico, el Océano Atlántico y el mar Mediterráneo, excepto por el E. El Este, según la mayor parte de los autores, iría (está situado) partiendo del mar de Azov, siguiendo los confines de Europa por donde discurren los ríos Manyd y Kuma, después se remonta el río Ural y se sigue la parte inferior oriental de los Urales hasta llegar al mar de Kara.

Los puntos extremos continentales de Europa son:
al N el Nordkinn (Laponia); al W el cabo da Roca en Portugal;
al S la punta de Tarifa (España); al E el punto más interior del golfo de Kara.
De N a S se extiende a lo largo de unos 4.000 km; de E a W, unos 5.000.

El centro geométrico se encuentra cerca de Varsovia. Es una parte maciza (comprendida en el triángulo que tiene como vértices la desembocadura del Volga, el golfo de Vizcaya y los Urales septentrionales, se contrapone una parte articulada, formada por islas (8%) y por penínsulas (27%).
Por lo tanto, el contorno está muy recortado, con 37.900 km de costas.

El istmo ponto-báltico (1.200 km), entre Gdansk (mar Báltico) y Odessa (mar Negro) divide Europa en dos partes. A un lado, una masa extensa y compacta, típicamente continental, uniforme en el contorno, el relieve, la hidrografía, el clima, la población, que se une íntimamente con la inmensa masa asiática.

Al otro lado, un territorio cada vez más sutil que presenta gran variedad de aspectos físicos y humanos, roto en penínsulas, recortado en las costas, acompañado por muchas islas, un territorio cuya extremada condición marítima contrasta con la continentalidad del otro.

EN RESUMEN
 Europa es una de las cinco grandes partes en que tradicionalmente se considera parcelada la parte sólida o continental de la superficie terrestre.
Extensión. Europa tiene 10,4 millones de km². de extensión.
Situación. Esta se halla limitada al N y al O por los océanos Glacial Ártico y Atlántico, respectivamente. El límite S lo forman los mares Negro y Mediterráneo, la comunicación entre los cuales se produce a través del Bósforo, el pequeño mar de Mármara y el estrecho de los Dardanelos, enlace que también se produce entre el mismo Mediterráneo y el océano Atlántico con el estrecho de Gibraltar.
Se considera como límite oriental el formado por el mar Caspio, el río Ural y la cordillera de los Urales, que se extiende de S a N a lo largo del meridiano 600 long. E.

Coordenadas geográficas de Europa.
El septentrional europeo, el cabo Norte, está casi exactamente a 71º 1´ 10”Lat. N.
El meridional se halla en la pequeña isla de Gávdos, al S. de la de Creta, a 34º 1´ 45”.
Aunque los limites N, S y W son más precisos que el del E, tampoco lo son de manera absoluta.
La mayor parte de Europa está dentro de la zona climática: la templada del Hemisferio Boreal.

 
GEOGRAFÍA FÍSICA
Relieve.
Nuestro continente es muestra en la fase actual de un largo proceso geológico.
Sobre la evolución geológica. La formación del relieve europeo actual se debe a las glaciaciones, que tuvieron lugar durante la Era Cuaternaria en largos periodos en que el clima (se desconocen con seguridad los motivos) se recrudeció.
Los hielos polares cubrieron toda la zona septentrional, rebasando incluso lo que ahora son mares Bálticos y del Norte, y todas las importantes cordilleras. La acción de ellos, la del viento y la de las aguas actuando sobre los relieves dieron las formas actuales, acabaron la configuración de Europa, con los aportes de la erosión se formaron las llanuras que ocupan casi toda la zona central, hasta los Urales.

El septentrión está formado por depósitos glaciales; el Sur o meridión por loes, finos sedimentos que el viento arrancó a aquellos; el Este, junto al Atlántico, hasta donde esta gran llanura se extiende, por los sedimentos marinos que dejaron las transgresiones en los momentos en que Europa descendió en bloque. Los mismos sedimentos marinos o los glaciales, eólicos y fluviales forman las llanuras que se extienden entre los ramales alpinos y entre los bloques levantados de los macizos paleozoicos, pues se acumularon sobre fosas y depresiones.

Las mayores cimas europeas (el Mont Blanc con 4.807 m. es la máxima) no alcanzan las latitudes de África, América o Asia, pero la escasa altitud media europea no se debe sólo a esta circunstancia, sino más bien al gran desarrollo de tales llanuras. Si en los países mediterráneos limitan mucho su anchura, se hacen mayores en los atlánticos y llegan a dar desde éstos una continuidad total hasta el borde oriental, esto es, los Urales.

Así pues, las tres grandes unidades morfoestructurales lo componen:
  • 1.- Los zócalos, llanuras o montañas prealpinas;
  • 2.- Las cordilleras alpinas;
  • 3.- Las fosas intramontanas.
Las fosas proceden de suelos más o menos colmatadas de sedimentos recientes, bien sean fosas formadas por la fracturación alpina de los viejos zócalos paleozoicos (como las de las dos Castillas, la fosa del Rhin, los Lowlands escoceses, la de Praga ...), que al mismo tiempo dieron lugar a una estructura de montañas germánicas, bien sean fosas propiamente subalpinas, como los valles del Guadalquivir y del Ebro, del Po, la llanura panónica, el valle bajo del Danubio o del Kura al pie del Cáucaso.
Todo el norte y centro de Europa, sobre todo, a partir del paralelo 50º, es prealpino, dominio de zócalos arrasados, llanuras, fosas y montañas de fracturación alpina, pero de materiales y pliegues (reducidos a penillanuras) mucho más antiguos.
En el extremo NO de Escocia hay un fragmento de zócalo precámbrico. Los zócalos de Irlanda, el País de Gales, Escocia y la Península Escandinava son viejas montañas de plegamientos caledonianos, arrasadas luego y fracturadas por los contragolpes alpinos. El sur de Irlanda y la Península de Cornualles inglesa, los Macizos armoricano y Central francés, el Eifel, los Vosgos, la Selva Negra, Harz, Sudetes, Bohemia, Lysa Gora, Urales, y la Meseta Ibérica, son fragmentos del mundo herciniano.
Las cordilleras alpinas y sus prefosas ciñen el mar Mediterráneo y acompañan a veces a sus montañas jóvenes con fragmentos de macizos antiguos incorporados a las raíces de sus pliegues.
Las cadenas andaluzas, murcianas y baleáricas, el Sistema Ibérico, las Cordilleras Cantábricas, los Pirineos, los Alpes, los Apeninos, Alpes Dináricos, los Cárpatos, el Cáucaso.
Las glaciaciones cuaternarias, y la acción de las aguas de superficie, modificada por los movimientos isostáticos y eustáticos, cincelaron el relieve postalpino, excavando circos y valles glaciares, rellenando fondos de valles y cubetas con los depósitos morrénicos y los aportes acarreados por los ríos a expensas de las vertientes, construyendo terrazas fluviales y modificando y empastando las costas.

Europa está formada, sobre todo, por llanuras bajas. La altitud. media es de 340 m. Más del 44% del territorio está por debajo de los 150 m, la zona de colinas (150-500 m) abarca los tres décimos, la de baja montaña (500-1.000 m) poco más del 10% y sólo la vigésima parte se encuentra en alturas. superiores a los 1.000 m.
Sobre la base de la altura, la posición, las características del relieve y los accidentes geológicos, se pueden distinguir 4 regiones.
1) la Llanura europea o Sarmática: comprende la mitad oriental de Europa y está constituida por una plataforma antiquísima, recubierta por sedimentos marinos y continentales y también de depósitos fluvio glaciares, por estratos de loess y depósitos minerales. La altura media es de 200 m, con valores algo más elevados en las Alturas de Rusia Central y en el Valdai (343 m) y más bajos alrededor del mar Caspio, donde desciende por debajo del nivel del mar. Sólo en la periferia existen dos cadenas, al S los montes de Crimea y al E los Urales. Más allá del umbral de Carelia (entre el golfo de Finlandia y el mar Blanco), Finlandia se une a la llanura europea y presenta el aspecto de una meseta de rocas graníticas y gnéisicas, nivelado por la erosión (Escudo Báltico), recubierto de terrenos morrénicos. Similar es el paisaje de Scania (Escandinavia meridional.).
2) Relieves de Escandinavia y de las Islas Británicas: en Escandinavia, el relieve, aunque también de edad geológica remota, desciende progresivamente en una serie de llanuras hacia el golfo de Botnia, mientras hacia el Océano Atlántico presenta una serie de montes escarpados, con pendientes pronunciadas, esculpidos por los glaciares que tallaron en ellos innumerables fiordos. En lo alto prevalecen superficies llanas, tabulares y en forma de cúpula, cubiertas en parte por glaciares.
Aunque es menos elevado, el relieve de las Islas Británicas tiene caracteres similares; asume formas abruptas en Escocia; en los montes Peninos, como la erosión fue más intensa, prevalecen formas más suaves y áreas casi llanas.
3) Relieves de Francia y Alemania: están constituidos por una serie de macizos aislados de diferente amplitud y dirección, residuos de montadas más elevadas que han sufrido durante largo tiempo la acción de la erosión. Son el Macizo Central francés, los Cevennes, las Ardenas, los Vosgos, la Selva Negra, el Macizo Esquistoso Renano, la Selva de Turingia, los Montes Gigantes, los Sudetes. Entre ellos se encuentran con frecuencia valles llanos o levemente ondulados. Presentan el carácter de la montaña media, carecen de valles profundos y de crestas afiladas; sus cimas tienen forma de cúpula o son llanas y con frecuencia están cubiertas de bosques.
4) Cadenas alpinas de la Europa meridional: el relieve, de edad geológica más reciente, asume el aspecto de la alta montaña, con dorsales muy alargadas y con frecuencia arqueadas. A las cadenas mediterráneas europeas pertenecen los Pirineos, los Alpes con el Jura, los Cárpatos y los Balcanes que forman un arco más exterior y además Sierra Nevada, los Apeninos y los relieves de la región balcánica (Pindo, Alpes Albaneses, etc.) que forman un arco interior.
 
CLIMA.
Muchas circunstancias hacen que los climas de un continente tan singular como el nuestro. Europa es, en efecto, un continente de costas recortadas y profundas penetraciones de un océano situado a su lado occidental; un continente dilatado íntegramente en zona templada entre los paralelos 35º y 70º N, es decir, en la zona de paso del frente polar (movido por la comente en chorro), a distintas latitudes según la estación, con sus mayores relieves tendidos de E a O, con sus llanuras septentrionales abiertas, por tanto, al recorrido de los frentes y las borrascas nordatlánticas.
Un diminuto continente flanqueado al Sur por una imponente masa de aguas soleadas y cálidas, contiguo a un inmenso continente cálido y al mayor desierto del mundo; sin solución de continuidad al Este con las tierras continentales asiáticas; no lejos del casquete polar...
Los climas de Europa en: mediterráneos (litoral y continental), oceánicos (propiamente dichos y degradados) y continentales.
La circulación general atmosférica a ras de suelo y en altura, la situación en latitud, la distribución de tierras y mares, la influencia de las masas continentales vecinas, el propio relieve y exposición de su territorio, justifican más que sobradamente la riqueza de matices y las numerosas “excepciones” que los climas de muchos lugares suponen dentro de lo que parece debía ser una norma general.

Corresponde a Europa por su latitud un clima de suaves temperaturas.
Por estar Europa cerca un océano y muy abierta a su influencia, el clima es húmedo. Pero Europa se halla soldada al continente asiático y, en parte, abierta a la influencia polar.
Hacia el interior y en las cercanías del ártico se difuminan los caracteres atlánticos.
En el sur, cerca del Mediterráneo, donde a la situación latitudinal más baja se une el hecho de la existencia de paredones montañosos que protegen de la influencia continental.
La uniformidad climática se debe a su latitud media pero hay que señalar diferencias por regiones. Dichas regiones son la Occidental, la Oriental y la Meridional, que se corresponden a los dominios climáticos atlántico, continental y mediterráneo. Pero también otras dos, la Nórdica o Septentrional y la Central, en las que se realiza la transición entre esos distintos caracteres climáticos.
Las barreras montañosas cierran el paso de la influencia atlántica hacia el interior de la península Ibérica, y su extremo meridional, a tan baja latitud, se halla también fuera, en otro sentido, de ese dominio climático. En cambio, se prolonga por el Norte, merced a la corriente marina cálida del golfo de México, que avanza por el litoral escandinavo. Pero en esta península no se adentra mucho porque los Alpes escandinavos lo impiden. Entre ambas posiciones extremas, septentrional y meridional, la influencia atlántica penetra bien hasta alcanzar la Europa Central a favor de la indicada y amplia gran llanura.

El clima, de la Europa Central, es de tipo atlántico y se caracteriza por tener inviernos relativamente suaves y veranos frescos. La amplitud térmica resultante a lo largo del año es, pues, moderada, en general no superior a 15º ó 16º. La causa es que el océano, como masa líquida, se calienta y enfría menos que la continental, y sus más suaves condiciones repercuten en las tierras abiertas a su influencia, también ésta la humedad sobre el océano, en latitudes medias, se halla el llamado frente polar, realmente subpolar, en que entran en contacto las masas de aire frías con las tibias o tropicales.

En las interpenetraciones de unas en otras se producen borrascas que al avanzar hacia el este riegan la Europa. Occidental. Son lluvias regularmente repartidas, aunque más persistentes desde otoño hasta primavera o, más aún, en estas estaciones equinocciales; y resultan en total precipitaciones que, si se debilitan hacia el interior, rebasan los 1.500 mm en la zona costera, en la que hay puntos que sólo se ven libres de ellas menos de 100 días al año.
 En pleno invierno queda contrarrestada la influencia atlántica cuando el anticiclón de las Islas Británicas cierra el paso a las borrascas. Toda o casi toda Europa cae entonces bajo el dominio del anticiclón siberiano, y hasta las mismas penínsulas meridionales sufren entonces sus gélidos efectos. Esta influencia del norte o nordeste se hace más acusada y general en la región más interior, la de clima continental. Al alejarse la vertical del sol hacia el Ecuador y el Trópico de Capricornio, la masa euroasiática se enfría con más rapidez e intensidad que el Atlántico. El anticiclón siberiano, que durante el verano estuvo constreñido, incluye en su dominio a toda la Europa Oriental que sufre entonces temperaturas bastante inferiores a 0º.
En el verano, por el contrario, la misma circunstancia de la lejanía oceánica, da lugar a un rápido caldeamiento que funde el hielo formado por la escasa humedad invernal. No supera entonces en muchos grados al clima atlántico, pero la mayor diferencia de las temperaturas invernales que ambos tienen da como consecuencia en el continental una mayor amplitud térmica. Este clima tiene lluvias de verano porque las bajas presiones de ese momento permiten la llegada de aire húmedo, pero resulta en total una precipitación muy inferior a la propia de la región atlántica.

En Europa Meridional dominan las condiciones derivadas de la baja latitud y la proximidad al Mediterráneo.
Sus principales caracteres son las suaves temperaturas invernales y la escasez o nulidad de lluvias de la estación estival, lo que, unido al calor y la fuerte evaporación derivada, da lugar a gran aridez. Esta aridez se prolonga cinco o seis meses del año, y a esta circunstancia, catas- trófica desde el punto de vista económico, se suma la contraria de las lluvias, que caen de manera torrencial y en breves lapsos de tiempo durante la época opuesta del año. Los lugares donde este clima se manifiesta con más claridad alcanzan una insolación superior a 2.500 h. que se reparten en casi 300 días del año. La aridez en ellos resulta muy acusada, casi desértica. En el ángulo sudeste de la península Ibérica apenas se alcanzan los 200 mm. de lluvia anual. En todo caso es invernal, cuando las bajas presiones mediterráneas atraen aire atlántico. Pero también estas bajas presiones pueden dar lugar a penetraciones de aire continental frío. Fuera de los lugares más típicos mediterráneos caben así algunas heladas invernales que, por circunstanciales, resultan también adversas para las formas de utilización del suelo, acomodadas a las indicadas notas generales.
Los caracteres mediterráneos se diluyen con la altitud y donde las cordilleras, como en el caso de la península Ibérica, se orientan paralelas al litoral actuando de barreras. Por esto se distinguen en la región Meridional dos áreas: la península Ibérica y la Balcánica con caracteres climáticos que muestran rasgos atlánticos o de continentalidad o están más diluidos los típicos mediterráneos.

La Europa Nórdica o Septentrional gravita entre los caracteres atlánticos, dominantes al sur de ella, y los continentales. Lo mismo ocurre en la Europa Central que, en parte, recibe también alguna influencia mediterránea. Y tanto en éstas corno en aquellas regiones hay que señalar las modificaciones que impone la altitud. Estas modificaciones resultan más suaves en Europa Meridional, donde la nieve se limita a unos espacios y pequeños nichos durante el verano y sólo en la alta montaña o en sus vertientes septentrionales. En cambio, en las cordilleras de las otras regiones recubre las altas cumbres todo el año.
En resumen
 Dada su posición entre los 35º y los 71º de latitud N Europa se caracteriza por un clima templado. Determinan las variaciones del clima la vecina masa continental asiática, la altimetría, la acción moderadora del mar, diferente según prevalecen los influjos mediterráneos o atlánticos.

Se distinguen seis tipos de clima.
1) Clima atlántico: se extiende desde el N de Noruega basta el N de Portugal y abarca las Islas Británicas, gran parte de Francia, Países Bajos, las costas occidentales de Dinamarca y Alemania hasta el Oder. Se caracteriza por inviernos suaves, veranos no muy calurosos, variaciones térmicas limitadas, precipitaciones copiosas (800-1.300 mm anuales), bien distribuidas en el curso del año y raramente de nieve, intensa nubosidad.
2) Clima de transición: pasando de las regiones occidental a las centrales, la influencia del Océano Atlántico se atenúa y los inviernos se vuelven más fríos y las variaciones térmicas más altas; las lluvias, no muy abundantes, son más copiosas en verano. Presentan este clima Alemania suroriental, Polonia, la cuenca superior y media del Danubio y los países balcánicos.
3) Clima de Europa oriental.: también se llama sarmático porque es común a gran parte de la llanura Sarmática. Es un clima riguroso, con inviernos largos y fríos y veranos calurosos, variaciones térmicas notables entre meses extremos, lluvias escasas predominantemente estivales. Los ríos se hielan durante 4-6 meses al año y la nieve cubre el terreno durante largo tiempo.
4) Clima póntico de Rusia meridional: en Europa sur-oriental, las lluvias disminuyen, las temperaturas estivales aumentan y las diferencias térmicas son elevadas. El suelo está cubierto de estepas y alrededor del mar Caspio aparece un clima subdesértico.
5) Clima mediterráneo: se caracteriza por inviernos suaves, veranos no muy calurosos y secos y lluvias predominantemente invernales con frecuencia violentas. En verano el cielo suele estar sereno. No son raros los vientos violentos, como el mistral. Se limita a las regiones costeras de Crimea, Tracia, Grecia, Dalmacia, Italia, Francia meridional. y las zonas periféricas de la península Ibérica.
6) Clima ártico: es característico de las regiones más septentrionales de Europa nororiental. Las temperaturas se mantienen bajas durante todo el año, con precipitaciones generalmente de nieve y suelos helados.

HIDROGRAFÍA.
Los caracteres de los ríos son consecuencia de los morfológicos y climáticos. Así, los de Europa muestran también rasgos de valor moderado y sin exagerados contrastes, de acuerdo con sus determinantes.

Los ríos más largos de Europa son:
el Volga, que rebasa los 3.600 km.
el Danubio, que tiene más de 2.800.
el Ural, Dnieper y Kama, este último afluente del Volga, que pasan de los dos millares de Km. Son de recorrido muy inferior al que tienen las grandes arterias fluviales que atraviesan los continentes de África, Asia y América.
El Danubio discurre de O a E, paralelo al lado meridional de las llanuras.

Los ríos de menores longitudes corresponden, salvo excepciones, a penínsulas e islas.
El Po, principal río de la península Itálica, sólo alcanza 652 Km.; mayor longitud tienen los principales de la Ibérica, pero menor los de la Balcánica y la Escandinava.

Las cuencas formadas por las cordilleras europeas no son de gigantesco desarrollo, ya que las numerosas piezas levantadas mediante pliegues o fracturas por los movimientos alpinos dan una gran compartimentación de cuencas. Sólo la del Volga rebasa el millón de km², que es muy inferior a la de los grandes ríos mundiales, la del Danubio se limita a 800.000 de km², y las del Dnieper y Kama, a menos de medio millón de km².
Sí se hace un recuento de las principales características de Europa ella nos muestra que posee muchas cuencas de reducidas dimensiones. Los caudales absolutos superiores son los de las mayores cuencas receptoras, aunque igualmente contrastan con los que en esos otros continentes unen a la gran extensión grandes alturas circundantes de innivación continua, o incluso, las fuertes lluvias ecuatoriales o monzónicas.

El Volga rebasa los 7.000 ml de media en la desembocadura;
el Danubio, favorecido por los aportes alpinos, los 6.500.
En la vertiente meridional alpina, discurre el Po, con 652 km. aporta sólo tiene 1.800 m³.
Los que abren sus cuencas a las borrascas atlánticas y remontan su cabecera a zonas de fuerte innivación son los de mayor caudal relativo.
Los caudales proporcionalmente a sus cuencas fluviales no se reparten de la misma manera en todos ellos.
El Dnieper y el Don, no llegan a dos litros por km² de cuenca;
el Volga de cuenca más extensa, es inferior a cinco;
el Danubio con sus aportes alpinos, sube en cambio a 7,3;
el Rin, que atraviesa además una zona de abundantes precipitaciones, alcanza 9,8.
Los caudales más regulares son los de los ríos que atraviesan sus cuencas el clima atlántico, pues se alimentan con lluvias bien distribuidas a lo largo del año.
Los orientales se hielan en invierno, aumentan de manera brusca su caudal en primavera, cuando se produce la fusión, y lo reducen en verano.
En el clima continental las lluvias son estivales, pero hay entonces fuerte evaporación, y el suelo, reseco, absorbe la humedad.
La irregularidad caracteriza a los mediterráneos, que tienen aguas altas desde otoño a primavera, a favor de las lluvias y la escasa evaporación, con fuertes crecidas incluso en esas estaciones, pero que llegan a secarse, o casi secarse, a finales de verano.

En resumen
 Europa no posee cursos de agua (ríos) muy largos (Volga, 3.531 km, Danubio 2.860, Rin 1.326) ni posee vastas cuencas fluviales; le falta, además, un nudo hidrográfico central. Prevalecen los ríos de llanura que pueden ser remontados por naves (Támesis, Sena, Escalda, Rin).
En Europa oriental, los ríos derivan en forma radial hacia 4 mares: el Pechora y el Dvina Septentrional van hacia el Occidental Glacial Ártico; Neva y Dvina occidental al Báltico; Dniéper, Don y Dniéster al mar Negro, y el Volga al mar Caspio.

LOS LAGOS ocupan 135.000 km² del territorio de Europa. La zona más rica es la circumbáltica, en el dominio ocupado por los glaciares cuaternarios, destacando el territorio finocarélico (Ladoga 18.400 km², Onega 9.610 km²) y el sueco. La zona alpina también posee grandes lagos; los más extensos son el de Ginebra (581 km²) y el de Constanza (538 km²).

SUELOS Y VEGETACIÓN.
Suelos.
Los climas, roquedos y vegetación originaron y generan los suelos.
El norte de la vieja URSS. y de la P. Escandinava lo ocupan suelos de tundra.
Escocia, el sur de Irlanda, Dinamarca y gran parte de la Península Escandinava y de la URSS., entre los 60º y 70º N, son dominio de los suelos podsólicos con zonas de suelos de montaña con suelo podsólico, esquelético, incluyendo enclaves de suelos de tundra y de prado alpino en las mayores alturas, los Cárpatos, montañas hercinianas de Europa central, las tierras montañosas del sur de la URSS. y Turquía, al mar Negro, y en Galicia y Escocia.
La llanura germano-polaca, los Países Bajos, Francia, el oeste de los Alpes e Inglaterra tienen preferentemente suelos de tierra parda fuertemente podsolizada.
Los suelos pardos forestales, con sus correspondientes suelos de montaña, las terra rossa y las rendsinas, con enclaves de suelos esqueléticos, podsólicos y de prado alpino, ocupan la mayor parte de los países mediterráneos europeos, alternando con suelos: rojizo de pradera, castaño, y pardo rojizo, y pequeñas pero económicamente muy importantes manchas de suelos aluviales.

La vegetación
La vegetación natural casi ha desaparecido por completo. Las plantas y asociaciones vegetales que ahora vemos son el resultado directo o indirecto de la multisecular actividad antrópica que ha modificado sensiblemente el paisaje vegetal y, consecuentemente, el suelo.
El clima, la morfología y el litología determinan las condiciones edáficas, y todas ellas las vegetales.
A los tres grandes y generales dominios climáticos ya señalados corresponden otros tantos de vegetación. La conjunción de condicionamientos climáticos y acción antropógena da como resultante en las zonas de clima atlántico tres distintas formaciones vegetales: bosque, landa y pradera.
El bosque corresponde a la situación original. La acción humana ha contribuido a la extensión de algunas especies a costa de otras y, sobre todo, ha dado paso, por degradación, a la landa y la pradera.

El bosque atlántico es el politípico caducifolio, integrado principalmente por diversos robles (Quercus pedunculata y Q. sessiliflora, sobre todo) y hayas (Fagus silvatica). El hombre ha favorecido la propagación del pino marítimo (Pinus pinaster) y otros.
La deforestación continuada produce la landa. Es el matorral formado por genistas o allagas (Ulex europeus como dominante), helechos (Pteridium aquilinum) y diversas Ericas o brezos. En muchos lugares, el mismo brezal, por intervención humana, da paso a la pradera permanente. El abundante humus del bosque presente y del pasado acidula más el agua de lluvia que cae sobre el suelo. La alteración de la roca en los bloques paleozoicos y en los aportes procedentes de ellos determina suelos ácidos o podsólicos. El pH llega a ser inferior a seis en muchos lugares porque los carbonatos son arrastrados a bajos horizontes. En las formaciones calcáreas carentes de arcilla resultan rendzinas o suelos también pobres, pero, si hay arcilla que transforme en margas la caliza y la impermeabilice, se originan suelos pardos que retienen más la humedad y asimilan mejor los fertilizantes.

En la región Oriental hay algunas diferencias climáticas. Como consecuencia, se producen cuatro distintas formaciones vegetales: tundra, taiga, bosque y estepa.
Los suelos de la tundra son negros, con frecuencia pantanosos, muy ricos en humus.
Los de la taiga son muy ácidos, tipo podsol, porque no hay en ella calor suficiente para que los carbonatos que bajan a horizontes profundos puedan de nuevo subir a la superficie.
Bajo el bosque más meridional dominan los suelos pardos, y en la estepa, el chernosien. El humus que aquí producen las gramíneas alcanza a los distintos niveles u horizontes edáficos, y el calcio no migra hacia abajo. Resultan suelos neutros, con pH igual a siete o incluso de reacción básica, capaces de magníficos rendimientos agrarios. Donde las condiciones de aridez se intensifican, resultan suelos demasiado cargados de cal y sales y con pH que llega a ser igual a nueve, es decir, demasiado básico.

La formación vegetal originaria del clima mediterráneo es el bosque de igual denominación, perennifolio y muy abierto. El árbol típico es la encina (Quercus ilex), con acompañamiento de algunos robles (Quercus lusitanica y Q. pyrenaica o Q. tozza); en suelos ácidos, alcornoques (Quercus suber) y, favorecidos por el hombre, Pinus pinaster y P. sylvestris. Sobre suelos calizos, en general menos húmedos, el pino carrasco o de Alepo (P. halepensis) y el pino laricio o rodeno. A la sombra de las encinas crece un sotobosque de retamas, jaras, romero (Rosmarinus officinalis) y otras labladas.

La deforestación continuada ha hecho que este matorral de plantas arbustivas domine sobre el querquecetum.
En suelos ácidos, el matorral es el maquis o formación de enebros arbustivos (junipérus comunis), jaras (Cistus ladaniferus y otras), brezos. (Erica arborea), cantueso (Lavandula pedunculata), etc. El matorral de suelos calizos es la garriga, integrada por la coscoja (Quercus coceifera), cuyo nombre vulgar (garrigue en francés, garric en catalán) define la formación. La acompañan sabinas (luperus phenicla, 1. turiphera), espliego (Lavandula tatifolla) y otras diversas especies aromáticas. En el maquis dominan las plantas silicícolas; en la garriga, las calcícolas.
Plantas que, como los enebros o las sabinas, pueden en otras condiciones adquirir aspecto arbóreo se limitan en éstas a forma arbustiva. Así, las dos formaciones son de matorral, aunque más denso que el maquis porque los suelos silíceos retienen más la humedad que los calizos.
El esparto (Stipa tenacissima) marca la mayor aridez, y él mismo y el pobre pastizal invernal constituyen la última formación de estas latitudes, el erial, cuando las rozas continuadas no permiten siquiera el matorral. En cambio, el hombre ha favorecido la introducción o la expansión de especies de origen extraeuropeo, como pitas (Agave americana), nopales o chumberas (Ficus indica) y palmeras.
Con el clima mediterráneo las rocas silíceas y la pobre vegetación originan suelos pardos meridionales, de ligera acidez, y tierras rojas no cálcicas. Sobre las calizas se forman suelos castaños y, con mayor aridez, el serosem, más cargado de cal. Pero la formación edáfica más típica mediterránea, procedente de roca madre caliza, es la terra rossa, poco ácida porque la pobre vegetación no produce mucho humus y la escasa humedad no arrastra los carbonatos.
Se pueden distinguir zonas vegetales en relación, sobre todo, con la sucesión latitudinal de los climas, pero afectadas también por las características del relieve y los suelos, por encima del límite altitudinal dando una tipología de bosque, sobre las montañas que lo rebasan, domina la vegetación alpina.
En la península escandinava, sobre la casi totalidad de Noruega, y el norte de la Península de Kola, así como en Islandia y el extremo norte de la URSS., se dilata la tundra y el inacabable bosque de coníferas ocupa buena parte de Suecia, Finlandia y las tierras de la Unión Soviética europea al norte del paralelo 60º, así como extensas superficies de los Alpes, los Cárpatos y el Atlas Argelino.
El bosque mixto de coníferas y frondosas de hojas caducas señoreaba el resto de la Europa de clima templado o continental, una franja continental en paralelo a las costas de Turquía, los Apeninos y nuestros Pirineos y orla cantábrica, así como el norte interior de Portugal.
El bosque caducifolio ocupaba en cambio una franja meridional de la cordillera escandinava, al sur de Suecia, y prácticamente completas Dinamarca, Alemania Occidental, Holanda, Bélgica, Francia y gran parte del Reino Unido e Irlanda (con la excepción de las áreas de turberas, brezales y herbazales del NO de Irlanda, Escocia y centro de Inglaterra).
A estas superficies se suman las de una gran franja al sur de los bosques mixto y de coníferas rusos, otra que viste a la vertiente septentrional de la cordillera del Cáucaso, una zona a sotavento de las costas turcas de los mares Negro y Egeo, otra alrededor de la estepa húngara y una tercera en el valle del Po.
El bosque semicaducifolio de frondosas de hoja perenne corresponde sobre todo a las montañas de Castilla la Vieja, Sistema Ibérico y el Somontano Pirenaico, mientras la vegetación mediterránea, en sentido estricto, viste las costas y una banda interior poco profunda de los países que en Europa, Asia Menor y el oeste de África del Norte había nuestro mar, ya que el resto de las costas mediterráneas norteafricanas son, salvo raras excepciones, dominio de pastos muy ralos o de auténtico desierto vegetal.
La estepa leñosa sucede hacia el Sur en la vieja URSS al bosque caducifolio; a mediodía de ella se encuentra, la estepa herbácea, bien representada también en Hungría y en el Ebro y sudeste españoles.
En el extremo oriental de Europa, en franjas paralelas al Caspio y en Turquía y Siria, la degradación climática hacia la aridez permite sólo extensas zonas de eriales de hierba muy corta y rala y el matorral desértico.

En resumen
El hombre ha modificado profundamente el manto vegetal desde las épocas más antiguas, pero siempre se puede reconocer la existencia de varias asociaciones de plantas que se disponen de N a S en cinco franjas más o menos paralelas.
1) Zona de la tundra: prevalecen los arbustos de no más de 1 m de altura (como la Betula nana) y asociaciones de musgos y líquenes. La tundra ocupa la zona septentrional de Escandinavia y Rusia.
2) Zona del bosque boreal: ocupa el N de Escocia, Finlandia y Rusia al S de la tundra. Prevalecen las coníferas (Pinus silvestris, Picea excelsa, Larix decidua, etc.).
3) Zona del bosque templado: desde Inglaterra y Escandinavia meridional se extiende por Francia, Alemania, Bohemia, Eslovaquia, Alpes septentrional, región balcánica, Polonia y regiones central de Rusia. Las especies más comunes son la encina, el haya, el castaño, el olmo, el arce.
4) Zona de las estepas: en Ucrania y Rusia al sur de la línea Kiev-Kazan prevalecen las estepas, que se extienden basta la llanura danubiana.
5) Zona de la maquia: en las regiones costeras caracterizadas por el clima mediterráneo prevalecen árboles y arbustos de hoja perenne; especies características son el pino marítimo, el acebo, el alcornoque, el algarrobo y además el lentisco, la retama, el brezo, el mirto, etc., mezclados con zarzas que constituyen justamente, la típica maquia.

FAUNA
Desde el punto de vista zoogeográfico, dados los continuos intercambios ocurridos, las varias regiones de Europa no se caracterizan por especies típicas. Hay algunas excepciones corno el alce, confinado en la actualidad en las regiones más septentrional, el bisonte que vive sólo en Polonia y el jabalí, bastante comente en algunas regiones de Europa centro meridional. En cambio, es muy característica la fauna alpina, cuyos representantes más típicos son la cabra montés, el rebeco y la marmota. Entre los primates, el único representante es el mono de Gibraltar, pero parece haber sido importado por el hombre.

Tema 10: Esquema de Europa

ESQUEMA: EUROPA

EUROPA está situada en el hemisferio Norte, en el centro de todas las tierras emergidas.

Es el continente más pequeño. Tiene 10 millones de km², unas 20 veces España. Puede considerarse como una península de Eurasia, pero con caracteres físicos y humanos propios

Caracteres físicos: Europa está limitada:
Al Norte, por el Océano Glacial Ártico.
Al Oeste, por el Océano Atlántico.
Al Sur, por el Mediterráneo, el mar Negro y el Caucaso.
Al Este, por los montes Urales, el río Ural y el mar Caspio.

SU RELIEVE presenta zonas bien distintas:
1ª Al Noroeste, montañas viejas: montes de Escocia y montes Escandinavos.
2ª Al Norte, la gran llanura europea, que se extiende desde Francia hasta Rusia.
3ª Al centro, Mesetas y Macizos, como el Macizo Central Francés, los Vosgos, montes de Bohemia.
4ª Al Sur, montañas jóvenes: Pirineos, Alpes, Apeninos, Cárpatos, Balcanes, Cáucaso.
La cordillera más importante es la de los Alpes, donde se encuentra el pico más alto de Europa: Mont Blanc, que tiene 4.807 metros.
La costa europea es muy recortada, ofreciendo numerosos cabos, penínsulas, golfos, islas y mares interiores.

HIDROGRAFÍA: En Europa no existen grandes ríos ni grandes cuencas fluviales.
Sólo siete pasan de los 1.000 kilómetros. El río más largo es el Volga (3.688 kilómetros); le sigue el Danubio (2.960) y el Rhín. Son los tres más importantes. Muchos son navegables y están unidos por numerosos canales. Los centros principales de dispersión de las aguas son: los Alpes, la Meseta de Valday y el Macizo Central francés.

CLIMAS Y PAISAJES VEGETALES
El clima y la vegetación europeos ofrecen cuatro tipos:
Clima oceánico: es decir, moderado y húmedo, se extiende por todo el Oeste. La vegetación es abundante y el paisaje permanece verde casi todo el año. Predominan la pradera y el bosque de árboles de hoja caediza.
Clima mediterráneo: de inviernos dulces, veranos calurosos y secos y lluvias en primavera y otoño, se extiende por todo el Sur de Europa. La vegetación es pobre por la sequedad, son característicos: el olivo, naranjo, vid, entre las plantas cultivadas, la encina y el alcornoque, entre las espontáneas. También abundan las plantas aromáticas: romero, tomillo. La formación vegetal propia es la garriga.
Clima continental: propio de la Europa central y oriental: de inviernos fríos y secos y veranos muy rigurosos. En vegetación predominan los bosques de abetos, la estepa y en los casos extremos, la taiga y la tundra.
Clima de montaña: muy frío en invierno, con nieve abundante; fresco y agradable en verano. El paisaje presenta praderas en verano; y bosques de abetos que ocupan las alturas inferiores a 2.500m.

LOS ACCIDENTES GEOFÍSICOS DE EUROPA: LOCALIZALOS EN DOS MAPAS MUDOS
MARES Los mares que circundan a Europa son:
El Océano Glacial Ártico, al Norte. El Mediterráneo, al Sur. El Océano Atlántico, al Oeste.

COSTAS DEL OCÉANO GLACIAL ÁRTICO.
Mar: Blanco. Península: Kanin y Kola. Estrecho: Kara. Cabo: Norte.

COSTAS DEL MEDITERRÁNEO Y NEGRO
Mares: Tirreno, Adriático, Jónico, Egeo, Mármara, Negro, Azov y Caspio.
Golfos: León, Génova, Venecia, Tarento y Lepanto.
Penínsulas: Ibérica, Itálica, Balcánica, Morea y Crimea.
Cabos: Gata, Pasaro, Espartivento, Leuca y Matapán.
Estrechos: Gibraltar, Mesina, Otranto, Dardanelos, Bósforo y Kerch.

COSTAS DEL ATLÁNTICO
Mares: Cantábrico, del Norte y Báltico.
Golfos: Vizcaya, Zuiderzée, de Finlandia y Botnia.
Penínsulas: Ibérica, Jutlandia y Escandinavia.
Cabos: San Vicente, Finisterre, San Mateo, Lands’End, Clear y Lindesnés.
Estrechos: Gibraltar, Paso de Calais, Eskágerrak, Categat y Sund.
ISLAS En el Mediterráneo: Baleares, Córcega, Cerdeña, Malta, Creta e islas del Mar Egeo.
En el Atlántico: Gran Bretaña, Irlanda, Islandia, Feroe, Seetland, Hébridas y Orcadas.
En el Báltico: Seeland, Oland, Gotland y Osel.
En el Ártico: Lofoten, Spitzberg y Nueva Zembla.

RÍOS En el Mediterráneo: Ebro, Ródano, Tíber y Po.
En el Mar Negro: Danubio, Dniester, Dnieper y Don.
En el Mar Caspio: Volga y Ural.
En el Ártico: Pechora Dvina.
En el Báltico: Duna, Niemen, Vístula y Oder.
En el Mar del Norte: Elba, Weser, Rhin, Mosa, Escalda y Támesis.
En el Atlántico: Sena, Loira, Garona, Duero, Tajo, Guadiana y Guadalquivir.

LAGOS: Región Báltica: Véner, Véter y Melar (Suecia).
Ladoga (el mayor, 18.000 Km.2), Onega y Peipus (en Rusia).
Región Alpina: Ginebra, Constanza y Cuatro Cantones (en Suiza).
Mayor, Como y Garda (en Italia).

VOLCANES: Iekla, Vesubio y Etna.

NORMAS de Comentarios de Planos y varios ejemplos de ciuades

Temas para Bachillerato y AZAFATA/O DE TIERRA

Pasos a seguir en Comentarios de Planos

a) Conocimientos previos: Las ciudades generan un paisaje urbano definido por su emplazamiento y situación, así como por su morfología.
La situación es el entorno más amplio en que se enmarca la ciudad, se puede reflejar al señalar entre qué coordenadas geográficas se encuentra y hace referencia a las condiciones generales del espacio que rodea la ciudad, como ríos, comunicaciones, etc., hechos que condicionan las funciones cíe la ciudad.
El emplazamiento es el espacio concreto y material en el que se asienta la ciudad, el lugar geográfico en que se halla, como la topografía, el soporte físico que condiciona el paisaje urbano. La morfología urbana es la forma externa de la ciudad, resultado del plano, de los usos del suelo y de las edificaciones.
El plano es la representación gráfica de una porción de superficie de la Tierra, que en este caso será una ciudad. En él se reflejan las superficies edificadas y las no edificadas y se plasma el trazado de las calles.
También se refleja la evolución histórica desde el origen de la ciudad hasta la actualidad.
Es importante tener bien asimilados los contenidos de la unidad para, a partir de ahí, ir desbrozando el análisis del espacio urbano que se puede estudiar a través de un plano, de una fotografía aérea o de una convencional, de una imagen satélite, o con un trabajo de campo.

Todos ellos son medios que nos permiten observar la realidad urbana. Para conseguirlo primero debemos:
- Orientar bien la imagen o el plano respecto al Norte.
- Observar la escala del plano, de la fotografía o de la imagen (sabemos que la escala es la relación proporcional entre una realidad y su representación).
Puede aparecer de forma numérica o gráfica.
La escala numérica, 1/50.000, significa que una unidad representada en el mapa se corresponde con 50.000 de la realidad, así, 1 cm del mapa sería igual a 50.000 cm de la realidad, es decir, a 500 m.
La escala gráfica suele aparecer en una esquina del mapa o plano en la parte de abajo. Consiste en un segmento dibujado con n partes iguales en las que aparecen directamente los kilómetros y/o metros de realidad que corresponden a cada tramo del segmento, de forma que permite obtener directamente con cada distancia media en el mapa o plano, la que le corresponde sobre el terreno.
En la fotografía aérea y en la imagen satélite se explícita mediante un quebrado.
Para el estudio de las ciudades son adecuadas escalas 1:18.000 y similares.
- Analizar la cartela o leyenda que aparezca para ver qué tipo de información va a aportar.
- Delimitar las áreas con diferentes formas en el plano atendiendo a la clasificación de Dickinson (1950): cuadrícula o damero, trazado irregular, radioconcéntrico.

b) Comentario e interpretación

Vamos a seguir una serie de pasos sabiendo que se podrán cambiar dependiendo del tipo de fuente (plano, imagen, fotografía y realidad) que utilicemos y de que aparezcan en él expresados.

1 • Emplazamiento y situación de la ciudad
- Enumerar la forma del plano que tiene la ciudad, se hace una breve referencia histórica con los conocimientos adquiridos en la unidad a la evolución de las formas del plano que presenta y los antecedentes del mismo.

2 • Evolución de la trama urbana
Se debe distinguir entre:
a - Casco histórico o casco antiguo. Es la ciudad preindustrial que estaba rodeada por murallas. Suele tener cierta cohesión interna, plano desordenado rodeada por una vía o calle situada en el área en donde estaba primitivamente la muralla y edificación cerrada. Se llevan a cabo renovaciones y rehabilitaciones. Se produce un fenómeno, que consiste en que, tras los procesos de rehabilitación y renovación que pretenden mantener a la población envejecida, las viviendas vacantes son compradas por la población joven de clases medias y medias-altas.
b - Ensanche. Es el crecimiento que experimentan las ciudades como consecuencia de la industrialización desde el siglo XIX. Tiene generalmente un plano ortogonal, edificación cerrada, con operaciones puntuales de edificación abierta, y sufre un proceso de terciarización.
c- Periferia. Responde a la parte de la ciudad edificada más recientemente, con dos formas de crecimiento, una mediante la anexión de pueblos cercanos, y otra mediante la construí, con de nuevos barrios. Aquí entraría el denominado crecimiento a saltos. Existen urbanizaciones nuevas, tanto con edificación cerrada como abierta, el plano es generalmente desordenado y a veces se produce la absorción de pueblos cercanos.
d - Franja periurbana y barrios marginales. Se observa el crecimiento a saltos, con espacios vacantes dedicados a veces a la agricultura, industria, etc.

3 • Usos del suelo
Se realizará el comentario en función de lo que la cartela o leyenda explique. Se pueden deducir a partir de las proporciones entre edificaciones y zonas verdes, entre edificaciones y viario, accesibilidad a las distintas áreas según los caminos y carreteras que aparecen, etc. En el comentario se tendrá en cuenta todo aquello que se pueda defender racionalmente y que sea coherente con la época a la que se está haciendo referencia en la explicación, pues existe la posibilidad de decir algún disparate inconscientemente, se debe especificar la distribución del suelo por uso (CBD), uso residencial, industrial, infraestructuras, equipamientos, y otros. Además, se observara las disposiciones respecto a otros modelos existentes, como el circular, sectorial, de estructuración variable o diversa, de núcleos complejos o individualizados o disociados, etc.

Breve comentario del plano de la ciudad de Aranjuez
Aranjuez presenta un plano ortogonal sobre el que se sobresalen tres avenidas que son más anchas que las demás, están diseñadas en forma radial para confluir en el centro, (el palacio).
Según la clasificación de Dickinson, es un plano ortogonal rectangular o en damero en la que se superponen tres vías. No se trata de una ciudad compleja, sino de una superposición de planos.
Las tres vías que van al palacio, se pueden entender como una referencia al poder centralizador de la época y de su arquitecto. Ciertos autores, incluso las identifican con los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial, todos ellos detentados por el rey en la época del absolutismo monárquico.
La disposición radial de los jardines en torno al palacio acentúa aún más concentración del entorno en el Rey.
La población ubicada en un plano de damero facilita el control por parte del poder central, frente a la dificultad del plano irregular. Se puede defender que el plano rectangular de la edificación cerrada, en forma de manzana, con la ausencia total de plazas, quizá evitan otras tendencias a que aparezcan otros protagonismos.
Si se ha de buscar un antecedente a esta disposición, este se puede encontrar en la de la ciudad de Versalles, que sigue este mismo organigrama y diseño, es decir, todo vira en torno al palacio.
Existe abundancia de zonas verdes. La accesibilidad es siempre menor en la trama oblicua que la que puede tener el palacio a través de sus avenidas radiales. Es posible deducir la importancia de la arquitectura y su carácter monumental, especialmente del palacio, dado que las vías más rápidas nos dirigen a éste.
Normalmente, estas vías más rápidas y que dan mayor accesibilidad lo hacen siempre a un monumento, o al CBD o a algo que destaca por su importancia presente o pasada y responde a la densidad de tráfico que de ello se deriva.

Comentario del plano urbano de Vitoria
Vitoria, ciudad de origen antiguo, presenta un plano complejo en el que se distinguen tres áreas: el casco antiguo, el ensanche y la periferia.
A) El casco antiguo abarca el área urbanizada entre el origen de la ciudad y el S. XIX. Su núcleo primitivo buscó un emplazamiento defensivo sobre una suave colina, donde se encontraba la aldea de Gasteiz.
La primitiva ciudad, fundada por Sancho VI el Sabio, de Navarra, en el siglo XII (1181), tenía una situación favorable, en el centro de una cuenca llana de gran riqueza agraria, bien comunicada con el valle del Ebro y la costa vizcaína.
El plano del casco antiguo, que se configuró a lo largo del siglo XIII con posterioridad al incendio que destruyó la villa, refleja la influencia del emplazamiento, pues adoptó un modelo radio-céntrico ovalado, con centro en la cima de la colina de la que parten calles radiales hacia la base, cortadas por otras, que forma anillos concéntricos y jalonado por torres con funciones defensivas.
Su eje principal es la calle que une las iglesias de Santa María (catedral vieja) y San Vicente. Las calles son estrechas y la trama es cerrada y compacta, con casas apiñadas, y pocos espacios libres.
Los elementos singulares son: la plaza mayor (siglo XVIII), está situada al sur, foco de la expansión urbana hacia esta zona. La tipología de la edificación evolucionó desde la baja altura a la verticalización y densificación. Además hay edificios históricos, como la catedral de los siglos XIV y XV, palacios e iglesias.
Las funciones tradicionales del casco eran artesanales y residenciales pero actualmente residenciales. El deterioro y envejecimiento de las calles y edificaciones ha exigido una política de rehabilitación de calles, edificios históricos y viviendas.
B) El ensanche corresponde a la segunda mitad del siglo XIX momento en la que fue designada capital provincial y coincidiendo además con la llegada del ferrocarril, lo que le confirió funciones administrativas y la consolidó como centro de comarca, atrayendo bastante población. El ensanche ocupó el espacio entre la Plaza Mayor y la estación, unidas por la calle Dato, su eje principal. El plano adoptó un modelo en cuadrícula, del que resulta una trama cerrada en manzanas regulares. El alto valor del suelo y la calidad residencial hizo que en los edificios se instalasen las clases altas y medias. Actualmente los usos del suelo son terciarios, es decir es una zona (CBD) o centro comercial y de negocios de la ciudad, concentrando la actividad administrativa y comercial, que ha desplazado a la residencial, sobre todo en los edificios del centro del ensanche.
C) La periferia rodea al casco antiguo y al ensanche. Se desarrolló desde la década de 1960 como consecuencia de la conversión de la ciudad en un potente núcleo industrial, que atrajo a un importante volumen de inmigrantes y obligó a la creación de áreas industriales, residenciales y de equipamiento. Las áreas residenciales tienen una tipología diversa en función del precio del suelo y de la categoría social de su población.
Los barrios de clases altas, con casas amplias, de calidad y con buenos servicios, se localizan en las inmediaciones oeste y este del ensanche, y otras cumplen las funciones terciarias descentralizadas: en la avenida de Gasteiz; y en las ciudades jardín (de Judizmendi y del sur del ferrocarril Madrid-Irún).
Los barrios obreros se ubican al este del casco antiguo, en esta zona hubo funciones industriales por su proximidad al ferrocarril vasco-navarro pero actualmente se han trasladado hacia localizaciones periféricas y cercanías como los polígonos industriales que rodean la ciudad.
Las zonas industriales, al otro lado de la ronda de circunvalación, se instalan en polígonos creados por el ayuntamiento con este fin, rodeando la ciudad, especialmente por el noroeste y norte, aunque también existen en el suroeste y sureste. Estos polígonos se localizan junto a las principales vías de acceso a la ciudad y se benefician de las ventajas que la proximidad urbana supone para la industria: mercado para sus productos, mano de obra, equipamientos y suelo abundante y barato.
En la periferia también se han creado zonas de equipamientos urbanos deportivos, docentes, sanitarios, culturales y comerciales, que, como la industria, se benefician de la existencia de suelo abundante y más barato.


Comentario del plano urbano de San Sebastián
San Sebastián, ciudad de origen antiguo, presenta un plano complejo en el que se distinguen tres áreas: el casco antiguo, el ensanche y la periferia.
A) El casco antiguo. Es el área urbana comprendida entre el origen de la ciudad y el siglo XIX. Su núcleo primitivo se emplazó junto a la bahía de La Concha, en el tómbolo que comunica la tierra firme con el monte Urgull, un terreno formado al acumularse los depósitos o aluviones del río Urumea en el estrecho que existía entre este monte, que antes era una isla, y el litoral.
La primitiva ciudad, fundada en el siglo XII por Sancho VI el Sabio, de Navarra, tenía una situación ventajosa para el comercio y las comunicaciones, en la desembocadura del rio Urumea, próxima a la frontera francesa, al valle del Oria, que comunica Gipuzkoa con Navarra, y al valle del Ebro.
El plano y las edificaciones medievales de la ciudad apenas se conservan (salvo un pequeño núcleo situado al pie del monte Urgull), debido a que el incendio de la ciudad en 1813 obligó a reconstruir el plano, que presenta un trazado bastante regular en cuadrícula, formada por manzanas regulares, que tiene como centro la plaza de la Constitución, de estilo neoclásico.
La ciudad antigua estaba rodeada por una muralla con finalidad defensiva, fiscal y. sanitaria. La tipología de la edificación no ha experimentado procesos de renovación por lo que tiene una gran homogeneidad. Sus funciones tradicionales eran servir de centro de exportación de mercancías a través del puerto y marineras (pesca de la ballena). Actualmente son el comercio tradicional de calidad y los servicios como la hostelería y actividades de esparcimiento, en relación con la función turística que tiene la ciudad.
B) El ensanche de la ciudad tuvo lugar a partir de 1863, como resultado del crecimiento urbano al ser designada capital de Gipuzkoa, lo que supuso la llegada del ferrocarril (Madrid-París y que pasaba por Irún) y la concentración de población y otras funciones terciarias (comerciales y administrativas).
Para realizar el ensanche se derribaron las murallas (1864), ocupando su lugar, en el flanco sur, la Alameda del Boulevard, a partir de la cual se extiende el ensanche.
El ensanche fue planificado por el arquitecto Cortázar quien lo diseño como plano ortogonal, con su eje en la avenida de la Libertad, (desde el río Urumea a la bahía de La Concha).
La trama es cerrada en grandes manzanas y el caserío se caracteriza por la alta calidad de los edificios, donde se asentaron las clases acomodadas de la ciudad.
Los usos actuales del suelo del ensanche son (CBD) o centro comercial y de negocios de la ciudad, que tiene su eje central en la avenida de la Libertad y en las calles adyacentes. Los otros usos como el residencial ha ido mermando, y sus edificios hoy están dedicados a oficinas y entidades bancarias.
La parte norte del ensanche es la plaza de Gipuzkoa con el palacio de la Diputación Foral, grandes jardines y pórticos. En ella se concentran los edificios dedicados a la administración, gestión y actividad comercial.
El sector sur tiene como centro la plaza del Buen Pastor, con la catedral, y tiene parecidas funciones a las de la zona norte, aunque en menor grado.
C) En la periferia pueden distinguirse áreas residenciales de diferente categoría social (los barrios de clase alta y media en las prolongaciones oeste, este y sur del ensanche y los barrios populares al sur de los anteriores) y áreas de equipamiento.
Las áreas residenciales presentan morfología y composición social diferente en función del valor del suelo.
Hacia el oeste del ensanche, en las proximidades de la bahía y el paseo de La Concha, predomina el uso residencial, que adquiere su mayor nivel en Miraconcha, donde los palacetes y chalés del siglo XIX han sido sustituidos por inmuebles de lujo. Esta es la zona emblemática de la ciudad, cuyas viviendas fueron ocupadas en buena parte por la aristocracia madrileña, debido a sus funciones de turismo veraniego.
El barrio de El Antiguo, que presenta cierta relación con el CBD, que descentraliza parte de sus funciones hacia esta zona, y el barrio de Ondarreta, que cuenta con un sector de villas donde se intentó crear una ciudad jardín, mientras en el resto se mezclan viviendas de lujo y modestas con servicios comerciales. Este barrio enlaza con el de Igueldo, donde alternan urbanizaciones de lujo y caseríos dispersos.
En el este del ensanche, el barrio de Gros, planificado a partir de 1911, es zona residencial de las clases medias y medias bajas en edificaciones de altura muy superior a la del ensanche y numerosos talleres, establecimientos comerciales y funciones procedentes del CBD.
Al sur del ensanche, el barrio de Amara Viejo alterna las grandes manzanas cerradas con la edificación abierta, pero de alta densidad y aloja a clases medias y funciones terciarias procedentes de la descentralización del CBD. Los otros barrios residenciales e industriales, al sur de los anteriores, son Ibaeta, Zapatari y Eguía, (la única zona de carácter industrial y proletario cercana al centro, surgida en torno a la externalidad negativa de la vía del ferrocarril, con viviendas de baja calidad y mínimas dotaciones de servicios).
Por último, en Amaru-Berri, al sur de Amara Viejo, se ha creado un centro secundario para asentamiento de funciones terciarias mediante el establecimiento de un buen número de servicios administrativos estatales y municipales y de un comercio importante, que tiene como eje a la avenida de Madrid.
El barrio es también lugar de residencia de una población heterogénea de clases medias y medias-bajas.


Comentario del plano urbano de Pamplona
Pamplona presenta un espacio complejo con distintas áreas correspondientes a las diferentes etapas del desarrollo urbano: el casco antiguo, el ensanche del siglo XIX y primera mitad del siglo XX y la periferia.
1. El casco antiguo.
Pamplona se asienta en un emplazamiento estratégico de carácter defensivo, sobre una terraza alta en la margen izquierda del río Arga, al que se asoma por un talud de fuerte pendiente.
Se sitúa en la cuenca de Pamplona, es eje de comunicaciones y el comercio, tanto con Francia (paso más accesible del Pirineo navarro) como con las regiones españolas (País Vasco, La Rioja, Aragón y norte de Castilla). Además la ciudad está rodeada de un importante entorno agrario.
El casco antiguo tiene un origen romano: se dice que fue campamento con Pompeyo (Pompaelo) desde donde se controlaba la población vascona de Iruñea. Conserva restos de la cerca: murallas reconstruidas tras la incorporación de Navarra a Castilla (1515), que tenían finalidad defensiva, fiscal y sanitaria; baluartes; y la ciudadela que Felipe II hizo construir para proteger la ciudad hacia el sur y que hoy es un gran parque.
El plano del casco antiguo es irregular y se organiza en tres barrios en tomo a la Plaza del Castillo: un barrio de forma pentagonal y otros dos más o menos rectangulares.
En el plano se aprecian plazas correspondientes a épocas posteriores.
La trama es compacta debido a que el crecimiento urbano a lo largo de la historia ha tendido a densificarla para aprovechar al máximo el espacio. La tipología de la edificación tradicional es de baja altura. Quedan restos de edificios históricos y artísticos, como iglesias medievales, la catedral gótica, palacios de la época moderna e iglesias del siglo XVIII. Las casas del siglo XIX son más altas, de 4 ó 5 plantas y muestran la tendencia a la verticalización cuando el hacinamiento del centro obliga a crecer en altura. En algunas áreas la edificación pertenece a las últimas décadas debido a procesos de renovación que sustituyeron inmuebles en ruinas por otros modernos.
Los usos del suelo tradicionales eran residenciales, artesanales y comerciales, así la plaza del Castillo, hoy, es el centro comercial y de negocios, con funciones administrativas (gobierno de Navarra), financieras y toda clase de oficinas y servicios.
El casco antiguo está bastante deteriorado y envejecido, por lo que ha dado lugar a algunos procesos de sustitución social, aunque sin llegar a los extremos de otras ciudades, de modo que socialmente la población residente es mayoritariamente obrera y asalariada. La solución a sus problemas es la rehabilitación morfológica y funcional.
2. El ensanche de la segunda mitad del siglo XIX y de la primera mitad del XX se produjo como en otras ciudades españolas pero un poco más lento y tardío. Durante la mayor parte de este siglo el crecimiento de la ciudad tuvo lugar intramuros, debido al obstáculo que la gran ciudadela oponía a la expansión urbana y a que la economía regional seguía basándose en la agricultura.
La ampliación de la ciudad se debió a su conversión en centro de servicios del área de modernización agraria y al establecimiento de ciertas industrias. El Nuevo ensanche ortogonal nace o surge para dar residencia a la clase media al sur del casco antiguo, las instalaciones industriales y barrios obreros que se crearon en el norte en tomo a la estación del ferrocarril y algún ejemplo de barrio jardín adosado al ensanche burgués.
a) El ensanche burgués adoptó el plano ortogonal. La trama en la primera fase fue de baja densidad, alternando en la edificación las manzanas con chalés y edificios de baja altura. En las décadas de los sesenta y setenta se realizan los procesos de renovación y sustitución, al aumentar la presión sobre el suelo. Pero tras la Guerra Civil, se aumentó la altura y la edificabilidad. Los usos del suelo fueron, inicialmente, residenciales para las clases medias hasta que en los años cincuenta se incrementaron los usos terciarios, comerciales, financieros y de servicios, que se trasladaron a esta zona desde el casco antiguo.
b) Las primeras instalaciones industriales y los barrios obreros surgen, al tiempo que se construye la estación del ferrocarril (en el norte), en la orilla derecha del Arga, y se localizaron en su entorno. Estos barrios presentan trama cerrada, edificación de baja calidad y deficiencias en equipamientos y servicios, que deben subsanarse con políticas urbanísticas adecuadas.
c) Los barrios jardín de trama abierta, viviendas unifamiliares con jardín y función principalmente residencial se adosaron al ensanche burgués.
3. La periferia. El gran crecimiento urbano se produjo a partir de los años sesenta, ya que se impulsan en su área la ubicación de industrias importantes como son: empresas metalúrgicas, automóvil, química, madereras, textiles, artes gráficas, alimentación, etc. Al amparo de la industria se reactivaron y diversificaron los servicios. A ello hay que sumar las funciones administrativas como capital y las funciones comerciales, financieras, universitarias y sanitarias.
Las diversas áreas ofrecen unas características de usos de sus suelos que deben resaltarse, a saberse:
a) Las áreas residenciales son de diversa categoría y morfología: alternan barrios de trama abierta y cerrada; barrios estandarizados de edificios hechos en serie, con otros de mayor variedad y calidad.
La tipología y la calidad de los edificios varía en función del mayor o menor valor del suelo.
Las clases medias se instalaron en un tercer ensanche urbano al oeste de la ciudadela.
Los barrios obreros industriales se ubican en la margen derecha del Arga, donde están las instalaciones industriales y a ellas han ido los inmigrantes que trabajan a ellas. Además, en la zona sur hay una menor implantación industrial, pero existen ciertos barrios obreros cerca de la zona universitaria y hospitalaria.
b) Las áreas industriales se localizan en la zona norte, que concentra el grueso de la industria ya que hay mejores accesos por carretera y ha habido una buena programación industrial (polígonos industriales) En la zona sur, en la orilla derecha del río Sadar, se han creado también algunas instalaciones industriales, pero de menor importancia.
c) Las zonas de equipamiento periféricas surgieron en los años sesenta buscando espacios más baratos y más amplios, inexistentes en el centro de la ciudad. En el valle bajo del Sadar se crea el campus universitario, en un entorno de calidad, y la zona hospitalaria. Otros servicios que requieren grandes espacios buscan también el área periférica, como el planetario, el campo de fútbol, el aeropuerto, las zonas deportivas, etc.

Comentario al mapa de Pamplona

Temas para Bachillerato y AZAFATA/O DE TIERRA

Trabajo: hacerse con un plano de la ciudad a escala 1:1.000.000

Comentario al plano urbano de Pamplona

Pamplona, ciudad con una larga historia, forma parte de la cuenca de Pamplona y está en un punto crucial para las comunicaciones y el comercio tanto con Francia (Pirineo navarro y la ruta a Camino de Santiago) como con el País Vasco, La Rioja, Aragón y norte de Castilla, presenta un espacio complejo en el que pueden apreciarse distintas áreas correspondientes a las diferentes etapas del desarrollo urbano: el casco antiguo; el ensanche desde mediados del siglo XIX a la primera mitad del siglo XX; y la periferia.

1. El casco antiguo
Pamplona se asienta en un emplazamiento estratégico de carácter defensivo, sobre una terraza alta en la margen izquierda del río Arga, al que se asoma por un talud de fuerte pendiente.
El casco antiguo es de origen romano: se remonta al campamento establecido por Pompeyo (Pompaelo) sobre una antigua población vascona que se llamaría Iruñea.
Conserva restos de la cerca: murallas reconstruidas tras la incorporación de Navarra a Castilla (1515), que tenían finalidad defensiva, fiscal y sanitaria; baluartes (baluarte del Redín al norte), y la ciudadela que Felipe II hizo construir para protegerla, hoy es un gran parque central con jardines.
El plano del casco antiguo es irregular y se organiza en torno a tres barrios 1- la Plaza del Castillo, que desempeña una función militar es de forma pentagonal (San Cernín) 2- San Nicolás y 3- La Navarrería los dos son más bien rectangulares. En esta zona se aprecian plazas de épocas posteriores: Ayuntamiento y Mercado (del siglo XVIII), San Francisco fue remodelada a finales del siglo XIX.
La trama es compacta ya que ha tendido a densificar la población aprovechando al máximo el espacio.
La edificación tradicional es de baja altura. Quedan restos históricos y artísticos, como iglesias medievales, la catedral gótica, palacios e iglesias del siglo XVIII. Las casas del siglo XIX son más altas, de 4 o 5 plantas, donde predomina la construcción en vertical y el hacinamiento les obliga a crecer en altura. En algunas calles y áreas la edificación pertenece a las últimas décadas del siglo XX por la obligada renovación de los inmuebles en estado de ruina.
Los usos del suelo tradicionales del casco antiguo eran residenciales, artesanales y comerciales. Actualmente, la plaza del Castillo sigue siendo el corazón funcional y social de la ciudad en el que están representadas todas las funciones: la administrativa (gobierno de Navarra), la financiera y toda clase de oficinas y servicios. Las funciones económicas se ubican en la zona o área más moderna del ensanche.
El centro comercial y de negocios se sitúa en el triángulo de la plaza del Castillo y las dos plazas circulares de la avenida de la Baja Navarra. Predominan los edificios de la banca, los seguros y oficinas, cambiando su antigua la función residencial. A su alrededor aparecen otras actividades mercantiles: comercios, despachos, consultas médicas, centros educativos y culturales. Así mismo quedan algunos espacios para pequeños comercios de actividades artesanales: pastelería, confección, carpintería y esparcimiento diversos.
Los problemas que más afectan al casco antiguo son los estados de los inmuebles y el envejecimiento demográfico y su sustitución social, ya que residen en ella muchos obreros y asalariados. La solución a estos problemas es la rehabilitación morfológica y funcional desde el municipio.

2. El ensanche del siglo XIX y primera mitad del XX
El ensanche urbano español llegó a Pamplona con retraso. El crecimiento de la ciudad tuvo lugar intramuros, ya que la ciudadanía se oponía a la expansión urbana pues su economía era agropecuaria.
La ampliación de la ciudad al final se debió a su conversión en eje de los servicios de modernización agraria y al establecimiento de ciertas industrias.
En la expansión urbana se distinguen: 1- el ensanche ortogonal para la clase media al sur del casco, 2- las instalaciones industriales y barrios obreros cerca de la estación del ferrocarril y 3- el barrio jardín adosado al ensanche burgués.

a) El ensanche burgués
Los dos primeros ensanches adoptan plano ortogonal (es el eje de la avenida de Carlos III - plaza del Castillo - Conde de Rodezno y la vía diagonal - la Baja Navarra).
El primer ensanche (1890-1900) tuvo lugar hacia el sur rompiendo un baluarte de la ciudadela y fue una tímida respuesta al crecimiento de la población.
En el segundo (1920-1950), la ciudad se expandió hacia el sur más allá de la ciudadela.
La trama en la primera fase fue de baja densidad, alternando las manzanas con los chalés y edificios de baja altura. Pero en los años setenta del siglo XX se reconvierten por otros más elevados.
En la segunda fase, tras la Guerra Civil, aumentó la altura y la edificabilidad.
Los usos del suelo fueron inicialmente residenciales para las clases medias. Desde 1950 se incrementaron los usos terciarios,( comerciales, financieros), procedentes del casco antiguo.

b) Las instalaciones industriales y los barrios obreros
La llegada del ferrocarril y ubicación de la estación en el norte de la ciudad (1864), en la orilla derecha del Arga, (salida a San Sebastián y Vitoria), propició, a su vez, las primeras instalaciones industriales y la aparición de barrios obreros, que trabajaban en dichas industrias (La Chantrea).
La trama de aquí es cerrada, con edificación de baja calidad y deficiencias en equipamientos y servicios, que ahora se deben subsanar con políticas urbanísticas adecuadas y modernas.

c) Los barrios de tipo jardín
Adosado al ensanche burgués, sobrevive el barrio de chalés (ciudad-jardín o colonia de Argaray).
Su trama es abierta y viviendas unifamiliares con jardín, cuya función principal es residencial.

3. La Zona periférica
El crecimiento urbano de Pamplona se produjo, sobre todo, a partir de los años sesenta del siglo XX.
El motor fue el impulso industrializador con empresas de todo tipo: metalúrgicas, del automóvil, química, madereras, textiles, artes gráficas, alimentación, etc. Crecieron y se reactivaron los servicios, las funciones administrativas, las funciones comerciales, financieras, universitarias y sanitarias.
En la periferia se distinguen diversos usos del suelo: áreas residenciales, industriales y de equipamiento.

a) Las áreas residenciales
Los barrios residenciales ofrecen diversidad de categoría y morfología: alternan barrios de trama abierta y de trama cerrada, barrios estandarizados con edificios monótonos, frente a otros de mayor variedad y calidad. Se aprecia una variada altura y calidad de los edificios, en función del valor del suelo.
A- Las clases medias se instalaron en un tercer ensanche urbano, (entre 1960-1980), al oeste de la ciudadela (barrios de San Juan e Iturrama). La zona tiene un carácter residencial de nuevas clases medias emergentes, en previsión de la demanda de espacios de vivienda de calidad.
El barrio de San Juan es el típico ejemplo de racionalismo especulativo: el plano se organiza en torno a una avenida principal y el resto de las calles se adaptan a la antigua red de caminos, la trama presenta alta densidad y la edificación está constituida por bloques de distinta forma y altura.
El barrio de Iturrama posee un plano más regular ordenado en torno a dos ejes longitudinales. Entre ambos barrios nace el cooperativista, Ermitagaña, adosado a San Juan, de trama menos densa.
El uso del suelo inicial de esta zona fue el residencial, pero hoy es de terciarización con comercios de calidad, oficinas, centro comercial y de negocios, así como la cercanía del campus universitario. Socialmente esta zona está ocupada por directivos y profesionales liberales medios.

B- – Barrios obreros industriales. Una vez que se consolida la industria, la margen derecha del Arga recibe el grueso de las instalaciones industriales y trabajadores, que se asientan en los barrios de la Chantrea y Rochapea. En la zona sur de la ciudad existen algunas industrias con barrios obreros cerca de la zona universitaria y hospitalaria.

b) Las áreas industriales más recientes – La zona norte de Pamplona concentra la industria al lado de la carretera y programación industrial (polígonos industriales). Los barrios de Landaben y San Jorge son dos ejemplos del carácter industrial y el de Rochapea es mixto industrial-residencial. El plano es irregular, la trama densa y la edificación de baja calidad.
– En la zona sur, a orillas del río Sadar, se han creado también algunas instalaciones industriales.

c) Zonas de equipamiento
Desde los años sesenta se buscaron zonas de grandes espacios más baratos y más amplios, en el valle bajo del Sadar, donde se proyectaron: el campus universitario, la zona hospitalaria, el planetario, el campo de fútbol, el aeropuerto, las zonas deportivas, etc.

En Resumen: el plano de Pamplona y su estructura urbana se completa con una franja periurbana en la que la ciudad penetra en el campo siguiendo las vías de acceso principales. El área suburbana es un espacio discontinuo en el que se mezclan los usos del suelo: zonas agrícolas, urbanizaciones y polígonos o industrias aislados y excepcionalmente la urbanización de alto nivel (Alzuza) o la urbanización sin arreglo a un plan, ambas aisladas en medio del campo.

TEMA EL ESPACIO URBANO: LA CIUDAD

Temas para bachillerato y AZAFATA/O DE TIERRA

Esquema: EL ESPACIO URBANO

1. El concepto de ciudad en España. Definiciones cuantitativas y cualitativas.

2. El proceso de urbanización en España. La evolución histórica de las ciudades.

3. La ciudad en España antes del siglo XIX: de la ciudad clásica a la moderna.
• La ciudad antigua. Las factorías comerciales costeras: Gadir, Emporion, etc.
• La ciudad romana. Consolidación del tejido urbano, unido por una extensa red de calzadas.
• La crisis de las ciudades en la Alta Edad Media. Abandono y despoblación de las urbes.
• La ciudad musulmana: Córdoba califal, Sevilla almohade, Valencia, etc.
• La ciudad cristiana medieval. Pequeños núcleos. Segregación: Juderías.
• La urbanización durante la Edad Moderna. La transformación interna: plazas mayores, etc.

4. La ciudad durante el siglo XIX: la urbanización industrial. Crecimiento, ensanches (barrio de Salamanca en Madrid, la Diagonal en Barcelona) y arrabales con chabolas.

5. La ciudad en la España del XX y XXI. La expansión y la planificación. La urbanización post industrial, áreas suburbanas: ciudades dormitorio, satélite, conurbaciones, megalópolis o áreas metropolitanas.

6. La planificación urbanística: Ciudad Lineal, Ciudad Jardín y otros modelos.
• La ciudad Lineal de Arturo Soria de Madrid en 1882. Gran eje viario central.
• La ciudad Jardín. Integra los habitantes de la ciudad con la naturaleza con jardín.
• La ciudad ortogonal. El ensanche de I. Cerdá para Barcelona en 1859 (La Diagonal).
• La ciudad funcional, la ciudad comunitaria, el open planning o planificación abierta, etc.

7. Los tipos de planos urbanos: planos irregulares, ortogonales y radiocéntricos o circulares.
• El plano espontáneo irregular. Carencia de planificación en el medievo e islam.
• El plano ortogonal. Diseño regular y planificado de calles y manzanas en líneas rectas.
• El plano radio-concéntrico o circular. Las ciudades con punto central: castillo, iglesia, etc.

8. La morfología urbana: el centro histórico, el ensanche y la expansión periférica.
• El casco antiguo o centro histórico. La ciudad de plano irregular y de antes del siglo xix.
• El ensanche urbano u orla pericentral. Propio de la ciudad industrial del siglo xix, como forma de construir nuevas residencias para la burguesía naciente.
• La periferia urbana o la expansión exterior de la ciudad actual.

9. La estructura urbana y su funcionalidad: comercio, industria y zonas residenciales.
• Las áreas residenciales: urbanizaciones, barriadas, ciudades dormitorio, bloques, casas, etc.
• Las áreas industriales: desplazamiento hacia el exterior, donde el suelo es más barato y causa menos problemas de contaminación.
• Las áreas comerciales: pequeñas tiendas en el CBD y grandes almacenes en la periferia.
• Las áreas de negocios: Distrito Central de Negocios con problemas de aparcamientos.
• Las funciones de las ciudades: turística, religiosa, política, militar, administrativa, industrial, cultural, universitaria, comercial o de transporte, etc.

10. Repercusiones ambientales y socioeconómicas en España.
• Repercusiones ambientales:
1. El deterioro del medio urbano: microclima con temperatura más elevada e incremento de las infraestructuras para su abastecimiento.
2. El aumento de la contaminación atmosférica: los humos de las industrias y de los vehículos provocan que la calidad del aire sea muy mala.
3. La eliminación de los residuos urbanos.
4. Las aguas residuales: que se vierten a través de la red de alcantarillado y que necesitan ser depuradas.
5. Los desechos sólidos: las basuras domésticas que han de ser recicladas en plantas especiales para ser reutilizados los materiales.
• Repercusiones socioeconómicas:
1. La calidad de vida y el urbanismo.
2. La generación de patologías: ansiedad, estrés, agresividad, aumento de determinadas enfermedades.
3. Marginación social y delincuencia: toxicómanos, vagabundos y mendigos, mafias, etc.
4. Modificación de las pautas demográficas: reducción de la tasa de natalidad y aumento del aislamiento social de las personas.
5 Los problemas del tráfico y de la circulación: falta de aparcamientos, lentitud del tráfico, transportes públicos deficientes, etc.
6 La especulación del suelo: que provoca la segregación social en grupos dependiendo del nivel adquisitivo de los mismos.

2. Desarrollo
El poblamiento rural y el poblamiento urbano

Entendemos por poblamiento como el modo de repartirse los asentamientos humanos y el lugar de residencia de las poblaciones.
Poblamiento rural hace referencia a las poblaciones que habitan en el campo frente al urbano, de todas formas es cada vez más difícil delimitar los dos ámbitos, un criterio puede ser el número de casas, como mucho 500, también se puede considerar rural todo asentamiento que ocupe a más del 25 % de sus activos en el sector agrícola.
Puede haber poblamiento rural disperso: casa aisladas como en el norte de España, o poblamiento rural concentrado, siendo este último mucho más generalizado en todo el territorio español. Los de unas 40 casas sobresalen más en el norte, de Galicia a Cataluña, en el Sistema Central y en las Cordilleras Béticas. Los núcleos de hasta 100 casas están más bien en la Submeseta norte y los más grandes, más de 100 casas en el resto de la península y en las islas.
Donde existe mayor número de núcleos rurales es en Galicia mientras que donde menos se manifiestan es en Extremadura y Castilla – La Mancha, pues además son mayores.
Los factores físicos y humanos que explican la forma de poblamiento son múltiples y variados, enumeraremos unos cuantos: La cantidad de agua en una zona, el relieve, las condiciones agronómicas del suelo, la impronta del pasado, la organización agraria; latifundios y minifundios.
En España quedaría así repartido:
La franja norte: Espacio fraccionado y poblamiento disperso con gran predominio de pequeñas aldeas, inferiores a las cuarenta casas.
La Submeseta norte: concentración de la población en núcleos medianos. Existe un elevado grado de desertización y un gran vaciamiento en los espacios rurales.
Los asentamientos de mayor tamaño: En el área mediterránea, en el sur del Tajo y en las islas.

Poblamiento urbano, según el censo de 1900, 219 ciudades superaban los diez mil habitantes, en el 1930 las cifras se habían elevado a 320 poblaciones. Durante las primeras cuatro décadas del siglo XX los puertos de mar acentuaron su privilegiada localización respecto al desarrollo de la industria, el comercio y las comunicaciones.
La guerra civil supone un paréntesis en los procesos sociales y según el censo de 1960, 403 ciudades tenían en España más de diez mil habitantes. En cincuenta años la población española residente en ciudades se había multiplicado por tres, habiéndose duplicado tan sólo el número de ciudades. Hay una clara tendencia a la concentración sobre todo en las ciudades de más de cien mil habitantes.
En el censo de marzo de 1981 se mostraba que 540 ciudades españolas superaban los diez mil habitantes, y ya con más de medio millón de habitantes, lejos de las pobladas Madrid y de Barcelona, aparecían Valencia, Sevilla, Zaragoza y Málaga.
Con la Constitución de 1978 y las Autonomías se consiguió despertar unas expectativas de desarrollo regional que hicieron estabilizarse a la población. La descentralización administrativa supone el reforzamiento del sector terciario sobre todo en las ciudades que ejercen de capitales regionales.
Además los Ayuntamientos democráticos han intentado renovar el parque urbano, construyendo equipamientos de todo tipo.

EL PROCESO DE URBANIZACIÓN EN ESPAÑA: LOS CASCOS HISTÓRICOS
1. Origen de las formaciones de poblamientos españoles.
Los tipos de agrupaciones de la población en España a través de su historia se clasifican en poblamientos de diseño rural y urbano.
Los tipos de diseño rural, como ya se sabe son de forma dispersa en todas las zonas lluviosas del norte y de forma agrupada en las zonas secas de España.
Se debe resaltar que dentro de cada uno de ellas, existen diversos factores que lo han condicionado, tales como los condicionantes naturales, históricos y socioeconómicos.
Entre los factores naturales destacaríamos la existencia de agua, base fundamental de todo asentamiento humano, al que hay que añadir, en segundo lugar, la topografía del relieve. Dentro de éste, existe una principal tendencia a la ocupación de los valles mejor orientados y, por último, las condiciones agronómicas de los suelos que atraen en mayor medida los óptimos frente a los pobres y eriales.
Entre los factores históricos se aprecia una tendencia a los agrupados que reúnen estas características: tienen su origen, evolución histórica y el asentamiento de pueblos extranjeros como fenicios, griegos, romanos, visigodos, árabes, etc. , la inseguridad que les hizo crear elementos defensivos como murallas y la diversidad de etnias que les configuran pequeños grupos durante la reconquista.
Entre los factores de tipo socioeconómico resaltamos las actividades a desarrollar tales como las agropecuarias y sus formas de aplicación; los tipos de disgregación parcelaria o minifundios; las tendencias a diferenciar zonas de secano y regadío y sus productividades; las actividades de otros tipos como las extractivas y de transformación.

2. Las zonas de España.
En la zona norte predomina el tipo de población fraccionado con clara tendencia a la dispersión.
En la meseta norte predominan los núcleos de tipo intermedio pero concentrados, a una distancia mediana o cercana, es decir, los pueblos están relativamente cerca entre sí.
En la meseta sur, valle del Ebro, costa mediterránea e islas, los asentamientos tienden a la concentración en núcleos medianos hacia grandes pero más distantes entre sí.
En Andalucía y Extremadura, la tendencia de los asentamientos es de tipo disperso con cortijos intercalados entre los núcleos de tamaño mediano o grande.

3. El poblamiento urbano.
3.1 La evolución histórica de las ciudades españolas.
La cuenca del mediterráneo español se considera el origen de las concentraciones de población desde la llegada de los primeros colonizadores tales como: fenicios o griegos y, más tarde, cartagineses y romanos. Nos quedan restos de aquellos núcleos que servían como punto de referencia y dominios del interior para sus actividades comerciales: entre otros destacamos: Ampurias, Rosas, Mainake, Gadir, Emeroscopiom, Cartago, etc.

Los romanos imponen sus patrones urbanos y destruyen los de los poblados íberos, lusitanos, vetones, etc. Son centros de control de todas las actividades económicas, políticas y sociales; desde ellas se gobierna, se romaniza, se recaudan impuestos y se mantiene la estabilidad en las zonas o provincias romanas. Entre estas ciudades las más sobresalientes son: Tarraco, Córduba, Cesárea Augusta, Lucus Augusti, Legio Séptima, Astúrica Augusta y Emérita Augusta. Las huellas romanas en estos cascos urbanos, se manifiestan a través de sus circos, teatros, anfiteatros, templos, foros, etc.; incluso de sus murallas hay documentos como en Ampurias.
Durante el medievo la ciudad siguió viva y dominando el entorno pero sus redes de caminos decaen y las infraestructuras públicas también. Durante esta época, debemos distinguir varios tipos de ciudades, por un lado la árabe o islámica y por otro la cristiana.

Las ciudades islámicas se aprecian en las zonas meridionales y tienen su importancia durante los siglos IX, X y XI como queda de manifiesto en Córdoba, Sevilla y Almería. Este tipo de urbanismo es siempre irregular tanto en el plano de calles como de entradas y salidas por lo que se le denomina de tipo laberíntico. Sus casas se orientan hacia los patios interiores y sus tamaños son de poca altura y construidas con materiales pobres. Solamente sobresalen de esta pobreza la mezquita con su minarete y los alcázares y alcazabas.

Las ciudades cristianas son un poco más regulares, las calles son estrechas por falta de espacio, no hay trazados rectilíneos y son algo complejos. El centro se halla en torno a la iglesia o al castillo, en la plaza mayor se celebran actividades mercantiles, ya sea en el zoco, en el ágora o en la zona porticada. Las murallas sólo son propias de las zonas más conflictivas de la reconquista como signo de garantía. Esto nos sirve para que las diferenciemos de las ciudades de la ruta Jacobea como son: Puente la Reina, Logroño, Sto. Domingo de la Calzada, Burgos, Frómista, Sahagún, León, Astorga.

A partir del S. XIII con Alfonso X, se inicia la ordenación urbana con un trazo ortogonal (así se recoge en las Siete Partidas). Como ejemplo de ello: Jaca, la nueva Pamplona, San Sebastián, Sangüesa, Tolosa, Marquina, Briviesca, Villarreal, Almenara, etc.

Desde el S. XIV se inicia una preocupación por la ciudad bella y ordenada. Dicha preocupación se redujo a la construcción de ciertos edificios como las Lonjas de comercio en Barcelona, Palma de Mallorca y Valencia. Aparecen ciertas mejoras en espacios públicos con una regularidad en las alineaciones constructivas de manera especial durante la época posterior como se manifiesta en Burgos o Badajoz reinando ya los Reyes Católicos, S. XV.

Durante los Reyes Católicos uno de los rasgos más frecuentes de las ciudades es la existencia de plazas mayores que además, del tradicional mercado, sirve de centro de espectáculos, fiestas populares, acciones de la Inquisición. La mayoría de dichas plazas no sobreviven por haber sido hechas con madera y haberse incendiado, tal es el caso de la plaza mayor de Valladolid y Madrid.

En el S. XVI, se recupera la idea del centro urbano gracias a las mejores infraestructuras y mayor estabilidad en los gobiernos; así durante dicho siglo en España hay más de una veintena con más de diez mil habitantes, lo que suponía más de un 6% del total de la población, destacando entre otras: Granada, Sevilla y Valencia.

La nueva ciudad necesita una adecuación de sus calles para el paso de carruajes y para la circulación peatonal, por ello se puede afirmar que el urbanismo se centró en la construcción de los reales sitios como El Pardo, Balsaín, La Zarzuela, Aranjuez.
A mediados de este siglo, la afluencia hacia las ciudades de la población sigue a buen ritmo lo que supone que se alcance casi un 10% de la población en centros urbanos, con especial interés en ciudades como: Valladolid y en especial, Madrid, nueva capital del reino. Felipe II siguió con la política de construir reales sitios como El Escorial, El Buen Retiro, y reconstruyó plazas mayores como la de Valladolid, Toledo y más tarde la de Madrid.

En el S. XVII, siglo de colapso económico, demográfico, político, el crecimiento urbano disminuye de manera generalizada pasándose a un escaso 9% de la población. Entre las poblaciones que pierden se encuentran: Granada, Sevilla.
Las únicas que crecen son: Madrid, Cádiz y Málaga. La primera por ser la capital y las otras dos gracias a las actividades mercantiles con América y norte de Europa.
De esta época de Felipe III, sólo cabe destacar la construcción de la Villa de Lerma por los duques del mimo nombre validos de dicho rey.

En el S. XVIII hay una recuperación urbanística generalizada, así se pasa de 22 ciudades de más de diez mil habitantes a 34, lo que significa recuperar el 12% de población total urbana.
Las poblaciones de mayor crecimiento son Madrid, Barcelona y Sevilla. Con la llegada de los Borbones y sus reformas también el modelo urbanístico cambia, recuperándose las iniciativas italianas como queda de manifiesto en el nuevo Aranjuez o en la Granja de S. Ildefonso, así como en las puertas que embellecen a Madrid, a saber, la Puerta de Alcalá. Los aledaños y nuevos arrabales también ven modificada su estructura e infraestructura por la nueva política territorial y como ejemplo de ello, destacamos el nuevo Baztán del arquitecto José de Churriguera.
Aparecen nuevas poblaciones para nuevos fines como El Ferrol, Cartagena y S. Carlos de la Rápita.

Durante este siglo, Carlos III, también se mejora la red de caminos y la infraestructura de seguridad de manera especial en las zonas de nueva explotación y neocolonizadas de Sierra Morena en las provincias de Jaén, Córdoba y Sevilla. Esta recuperación fue llevada a cabo tanto por el gobierno como por la iglesia. Estas nuevas poblaciones exigen un nuevo trazado ortogonal, centrándose en las plazas, dejando grandes paseos semiabiertos en círculo al estilo de Roma o de París. Entre los centros urbanos a los que llega esta nueva concepción, merecen la pena ser renombrados: el centro de Salamanca y Barcelona.

En el S. XIX
, sigue la tónica de crecimiento urbano con bastantes parálisis motivado por las más numerosas actividades bélicas.
En torno a 1850, la población urbana se acerca al 18 % del total. En algunas zonas del norte, es motivado por la llegada de la industrialización, se muestran estos cambios, el resto peninsular, apenas si se ve afectado. La nueva necesidad del urbanismo industrial, exige espacios para la fábrica y a su vez, grandes espacios para los obreros que a las mismas acuden al trabajo pero que necesitan infraestructuras donde vivir. Esto significa un problema de congestión y al mismo tiempo, de degradación del medio y así se nota la falta de higiene por lo que hubo necesidad de promulgar leyes diferentes para estos núcleos urbanos.
La demanda de población nueva en las industrias supone el fin del mundo rural ya que son muchos los que se acercan a estos núcleos urbanos a través de la nueva red de ferrocarriles y atraídos por los nuevos puestos de trabajos y las facilidades relativas de asentamiento, no debemos de olvidar la reforma política y administrativa del Estado entre 1833 y 1834, que supuso el actual sistema de ordenamiento de provincias y de partidos judiciales.
Durante los finales del XIX y principios del XX, aparecen las nuevas ciudades y sus ensanches. Hay un espectacular crecimiento motivado por razones económicas del desarrollo industrial, como ejemplo de ello destacamos a Gijón en Asturias, Sabadell en Cataluña y Puertollano en Castilla La Mancha.

A partir de 1900, la población urbana se acerca al 33% del total y su ritmo ascendente se aprecia con un 43% en 1930. Los censos que nos facilitan las anteriores cifras, nos ponen de manifiesto como Barcelona supera a Madrid en número, en industrias, en actividades mercantiles tanto químicas como mecánicas. Las ciudades de Barcelona y Sevilla se amplían gracias a las Exposiciones de 1929, una hacia Montjuic y Parque de Mª Luisa, aportando una gran zona de equipamiento terciario, mejoras de infraestructuras, electrificación, servicio de aguas, transportes públicos.
La guerra civil supone una ruptura importante en los procesos sociales, económicos y políticos. Las iniciativas prácticamente desaparecen, algunas ciudades sufren deterioros y hubo que reconstruirlas de manera urgente como fue el caso de Madrid o Teruel. El crecimiento se hace muy lentamente hasta los años 60 en los que se puede decir que comienza a superarse el 51 % de la población total. A partir de este momento, comienza la modernización de nuestras ciudades de manera muy especial, las zonas del litoral quedando un poco aisladas las tradicionales ciudades del interior. Se dice que uno de los principales factores del decaimiento de dichas ciudades del interior se debe a la política de los polos de desarrollo aplicados por la época franquista y la nueva ley del suelo de 1956. Esta ley exigía tener planes parciales y generales donde hubiese polígonos industriales, ciudades jardín y residenciales dentro de un marco legal que hiciese posible una más homogénea distribución de espacios y de crecimiento pero que exigía grandes inversiones de las que no disponían los núcleos urbanos pequeños.

Sólo las grandes áreas metropolitanas de Madrid, Bilbao y Barcelona se vieron favorecidas de una manera algo significativa. Debemos añadir algunas zonas litorales más atractivas al turismo internacional que comenzaba a ofertarse a los habitantes que ya tienen vacaciones remuneradas para que vengan hacia nuestras playas.

En 1973 se aprecia un relativo descenso por falta de consistencia del régimen político y por la crisis económica mundial. Los movimientos migratorios hacia la ciudad se ven paralizados relativamente y no comienzan a recuperarse hasta los años 80 en los que el crecimiento fue, tras el asentamiento de la Monarquía y la Constitución, espectacular pasándose a un 73% de la población total.

Con la llegada de las autonomías ha comenzado el crecimiento y reequilibrio de otras zonas provinciales que hasta ahora venían perdiendo población a favor del gran Bilbao, Barcelona y Madrid, para cambiar su signo negativo y comenzar su recuperación como Sevilla, Valladolid, Santiago, Vitoria, Albacete.

4. Las ciudades españolas
4.1 Análisis del paisaje urbano actual.
El paisaje urbano sigue tradicionalmente, tres niveles para su estudio, a saber: el plano o trazados, la edificación o tipos constructivos y los usos del suelo y de las edificaciones.
El plano y las edificaciones.
El espacio urbano español debemos agruparlo en tres grandes áreas:
1) Los centros históricos o cascos antiguos independientemente de la época a la que pertenezca.
2) Las áreas de ensanche o primer planeamiento de crecimiento.
3) Áreas suburbanas.

4.2 El casco antiguo o histórico.
El análisis del plano de un casco histórico se caracteriza por la irregularidad de sus calles estrechas de trazados sinuosos, a veces con callejones sin salida y mucha escasez de espacios abiertos. La irregularidad no supone ausencia de orden y de abandono jerárquico en el trazado de las calles o localización de los edificios públicos así como de esos escasos espacios abiertos. Existen cascos históricos bien conservados de la época romana en: Tarragona, Cáceres, León, Zaragoza. En otros casos no tan bien conservados como en Itálica o Ampurias. Existen en otros casos recintos amurallados que conservan sus ejes principales como son: Lugo, Mérida o Barcelona.
De la época hispanorromana, los planos del casco antiguo son aparentemente de mayor irregularidad. Entre ellos merecen la pena destacar: Toledo y Écija y el corazón de las tres ciudades andaluzas: Granada, Córdoba y Sevilla a las que se les plantean grandes problemas urbanísticos.
De las ciudades medievales cristianas nacidas a partir de un núcleo amurallado, caben destacar: Salamanca, Ávila, Segovia, Burgos, Valladolid y Soria. Esta última no ha necesitado romper su cerco inicial del XIII, el resto por sus necesidades militares y el nuevo uso ha exigido transformar el urbanismo medieval. También existen núcleos en la ruta Jacobea con trazados de tipo itinerante, pueblo-calle, diferenciados de los anteriores y a su vez muy distintos a los cascos de Navarra, Logroño y el País Vasco que están acondicionadas a la tipografía del propio terreno.

Entre las ciudades del S. XIII, cabe destacar, los desajustes sufridos en la organización interior tanto en Toledo, Córdoba y Sevilla como en Vitoria y Gerona.
A partir del S. XIV en la corona de Aragón, comienza a edificarse espacios públicos, plazas, calles que embellecen las ciudades siguiendo los modelos italianos.

En el S. XV se consolidan estos cascos antiguos mejorándose poco a poca hasta la época barroca donde se añaden mayores espacios urbanos, barrios nuevos y mejores edificaciones. Salvo raras excepciones, el crecimiento queda reducido a poblaciones muy concretas.
La aparición de nuevas enfermedades en los centros urbanos como el cólera, exigieron sacar los cementerios a las afueras de las ciudades como Valencia, Sevilla y San Sebastián, estos espacios dejan lugar en el interior para nuevos aprovechamientos, a ello hay que añadir los terrenos de la desamortización de Mendizábal y de Madoz, que hacen desaparecer a conventos e iglesias y permite nuevos espacios para hacer nuevas urbanizaciones. Esta desamortización, no obstante, no afectó a todas las ciudades por igual. Mientras Salamanca y Ávila conservan sus conventos, Madrid y Barcelona perdieron más del 50%.
Se rompe este periodo de estancamiento en el S. XIX con los ensanches que exigen una mayor salubridad e higiene y por tanto nuevas aperturas de espacios dentro de las viejas tramas para poder ampliar y mejorar las infraestructuras que se requieren.
En el S. XIX, se hacen reformas interiores con grandes vías de ancho trazado rectilíneo, lo que supone la pérdida de algunos cascos antiguos. Se puede apreciar de manera ostensible en Sevilla y Gerona, zona de la Dehesa, en menor proporción merece la pena destacar San Sebastián modificada tras un incendio, Cuenca y la misma Barcelona que se verá transformada con el proyecto de Cerdá. En Granada a partir de 1850, se abre la gran vía de Colón, eliminando parte de edificaciones musulmanas. En Zaragoza se hace algo parecido poco después en 1856 para continuar las actuaciones a principios del S. XX en Madrid, zona de la Gran Vía y aledaños.
En otras ciudades hubo menos espectaculares reformas pero de la misma tendencia a la alineación de calles como por ejemplo en León, en la que además de perder los cementerios parroquiales, se abrieron nuevas vías de descongestión permitiendo un ensanche principalmente hacia el núcleo del ferrocarril.
En general, el S. XIX es época de descongestión de cascos antiguos, de necesidad de amoldarse a una nueva vida urbana, a unas necesidades higiénicas con proyecto de saneamiento de grandes dificultades tanto de abastecimiento de agua como de bombeo de las mismas, instalación de iluminación con gas y posteriormente eléctrico, asentamientos de la red del ferrocarril que se preveía aportasen soluciones mágicas de infraestructuras a la ciudad.
En el S. XX se produce la gran expansión urbana y con ella un decaimiento de los centros históricos. Existe un desplazamiento de las funciones sociales y políticas, una degradación social de las poblaciones, las clases más acomodadas se desplazan hacia los ensanches dejando el interior a los inmigrantes y clases marginales. Paralelamente se producía un cambio funcional y de desplazamiento de los negocios, solamente en aquellas ciudades en las que ha habido poca dinámica social, se conserva vivo el casco viejo.
Hoy, gracias al turismo y al patrimonio artístico, se mantienen bien conservadas. El estancamiento demográfico de finales de los años 70, supuso un deterioro de las zonas internas pero gracias al nuevo empuje de la sociedad y de su economía en los años 80 se ha producido una renovación de dichos centros históricos, así como de la aplicación de nuevos planes de rehabilitación integral, todo ello significa una revalorización del patrimonio histórico, artístico y ambiental, recuperándose dichas zonas para ciertas clases medias de profesionales y artistas.
No se deben olvidar las nuevas orientaciones políticas y su función cultural administrativa y comercial a la que ha contribuido de manera, relativamente eficiente los Ayuntamientos, así se han dotado a estas zonas de grandes edificios, zonas de mercados, hospitales y se han sacado de su interior mataderos, cuarteles y viejos hospitales.

4.3 Los ensanches
Los ensanches nacieron como consecuencia de las nuevas necesidades industriales del siglo XIX y la incorporación de los ferrocarriles. Desde 1859 se toma conciencia, durante el ensanche de Barcelona, la necesidad de crear una Teoría sobre Políticas Urbanísticas ya que en los municipios no había apenas interés por el tema por considerarlo todavía insignificante.
Desde 1857 fueron apareciendo normativas puntuales para estos proyectos que se desarrollaban en Barcelona, Madrid y otras ciudades. Todo ello supuso un inicio de la legislación sobre esta materia de planeamiento urbano y respeto relativo al pasado de los cascos llamados viejos o históricos.
Cerdá propone ciertos pasos a seguir si se quiere una ordenada etapa de transición a la industrialización, con actuaciones conjuntas por parte de la administración pública y aportaciones de carácter privado.
Para llevar a cabo este proceso sería necesario seguir estas etapas:
1.- Parcelar el territorio que se quiere urbanizar ya esté dentro de la ciudad o fuera, sea o no urbano en ese momento, lo que implicaba cambios en su dinámica jurídica, política y de perspectivas sociales.
2.- Construir las infraestructuras que requiere la nueva zona de la ciudad como calles, aceras, cloacas, cañerías, líneas de tranvía, etc. Lo que a su vez requería un cambio de la legislación municipal sobre dichos espacios y su interdependencia de los nuevos inquilinos.
3.- La construcción de la casa fue llevada de forma fraccionada por promotores y propietarios individuales. La mayor parte de la iniciativa cayó en el empresario privado pero bajo nuevas ordenanzas municipales que dificultaba el proceso por su lentitud en los dictámenes de normativas.
Aparecen, a partir de ahora, las casas plurifamiliares, intermedianeras siguiendo los modelos franceses de París. Este tipo de construcción encontraba desigual agilidad en la construcción que en algunos casos se demoró de manera alarmante como en Madrid.
Tras estas primeras dificultades y pasos complejos, se asienta la idea del ensanche en las ciudades y con ello se consolidan las nuevas clases burguesas.

Este modelo de ciudad en la zona del ensanche está muy familiarizado con las clases burguesas del XIX, ya que en ellas buscaban, por un lado, una casa urbana tradicional y por otra, unos edificios plurifuncionales, dejando las plantas bajas y primeras para usos económicos, industriales, comerciales y financieros y el resto de las alturas para residencia plurifamiliar. Esto exigió nuevos espacios comunes como patios interiores, escaleras de acceso, servicios colectivos de agua, calefacción, gas, electricidad, etc. Las fachadas, incluso, tratan de comunicar la posición social del inquilino que habita en su interior, bien por su decoración neogótica, neomudéjares o de estilo imperio parisino.

En el plano de la nueva ciudad predominan varios tipos de trazados como el de cuadrícula ortogonal, a veces el radiocéntrico, (este presentaba mayores dificultades) y el llamado de malla cuadrada, (reminiscencia del urbanismo clásico). Este último ofrece por un lado, ventajas al permitir una reiteración sistemática en el crecimiento urbano sin tener en cuenta las épocas pasadas o futuras, permitiendo una fácil parcelación y fraccionamiento a la hora de la redistribución del suelo y sus usos, siendo más ecuánimes las pérdidas proporcionales de suelo para el uso público.
En algunos lugares, este sistema constructivo no gustaba por su repetición de elementos así en Barcelona se encuentran con ciertos cambios de diseño en las esquinas de las cuadrículas lo mismo que en el ensanche de Valencia.

La nueva ciudad requiere también de espacios para las nuevas necesidades industriales y los transportes por lo que hace falta crear una estructura adecuada y que evite problemas de carácter social generalizados que puedan permitir a cada trabajador desplazarse de manera, relativamente fácil, tanto al trabajo como a los lugares de aprovisionamiento en centros comerciales a los que a su vez hay que abastecer con asiduidad.
A finales del S. XIX, las ciudades como Barcelona y Madrid, comienzan a sentir estas grandes necesidades de satisfacción social, a ellas le siguen otras como San Sebastián, Bilbao, Valencia, Alicante, León, Zaragoza. En todas ellas se aplica una revisión de sus planos de ciudades históricas. En el nuevo proyecto urbanístico se cumplen las normas demandadas por las necesidades burguesas en la ciudad del ensanche. Merecen atención especial por la no existencia de plano del ensanche y sistema de alineación de calles, las ciudades de Sevilla, Granada, El Ferrol, Guadalajara y Cáceres.

4.4 Las áreas suburbanas
Las áreas suburbanas constituyen la periferia de las ciudades en su mayoría desarrolladas durante el S. XX. Este tipo de construcción afecta a todo el conjunto urbano tanto de la época de los ensanches como del casco antiguo. Estos nuevos modelos de diseño suburbano han exigido remodelaciones y actuaciones diversas en sus infraestructuras dependiendo, más o menos ostensiblemente, de las ciudades a las que se haga referencia.
El crecimiento suburbano exige además de obras de infraestructura, parcelación de terrenos, vías de comunicación, así la urbanización es anterior a la parcelación y ésta está estrechamente vinculada a la edificación.
En ellas no existe ninguna tipología preconcebida de construcción, siendo habitual la vivienda unifamiliar semi-adaptando la vivienda tradicional a usos residenciales donde ni siquiera se cambian los viejos ejes de intercomunicación ni sus nombres. Como ejemplo típico, cabe destacar en Madrid la Avenida de Aragón, Daroca, Extremadura, etc.

4.5 La ciudad lineal
Un tipo de crecimiento suburbano con infraestructura ligada a la ciudad, fue la ideada por Arturo Soria y Mata en 1882 bajo el nombre de “Ciudad Lineal”. Se trataba de una calle ancha por donde podían transitar tranvías, conducciones de agua, gas, electricidad, quedando espacios para plantar árboles y espacios suficientes, previos a las casas unifamiliares. Todos estos terrenos debían ser gestionados por el Municipio que acabarían conectándose paulatinamente con los viejos núcleos ya existentes.
Arturo Soria ensayó su teoría en la periferia de Madrid, creando una S.A. bajo el nombre de Cía. Madrileña de Urbanización, aunque en realidad era casi de carácter familiar ya que su familia ostentaba casi todos los cargos significativos. En la actualidad ha sido remodelada y convertida en zona de equipamientos con una gran pérdida de aquellos espacios urbanísticos ideados por Arturo Soria.

4.6 La ciudad jardín
Otra forma de entender la ciudad planificada de carácter unifamiliar suburbana es la llamada “Ciudad Jardín” que se difunde desde 1898 gracias a la corriente historicista por toda Europa y el mundo desarrollado.
La ciudad se configura de forma ordenada dentro de un patrón de vivienda unifamilar, donde se mantienen ciertos patrones agrícolas y mejoran las condiciones de calidad de sus casas, de sus materiales, fomentando el cultivo del jardín como complemento al suelo urbano.
De este modelo cabe destacar en España, y en concreto en Madrid, ciertas colonias que llevan de nombre ciudad jardín ...., que fueron promovidas por empresas del sector de construcción, entre otras.
Este modelo de construcción se extendió hacia zonas limítrofes siendo el modelo de la segunda residencia y de zonas del turismo Mediterráneo, así como algunas zonas de media montaña en los alrededores de Madrid, Barcelona o Bilbao. En la actualidad son zonas de alto standing como La Moraleja, y Somosaguas (Madrid), San Cugat de Vallés (Barcelona), Naguri (Bilbao).

4.7 La urbanización marginal
La urbanización marginal es el polo opuesto a la ciudad jardín pero no por ello deja de ser una parte significativa del desarrollo de nuestras ciudades aunque su emplazamiento esté relativamente cerca si se halla fuera de la propia ciudad.
Este tipo de urbanización suele ser producto de la autoconstrucción sobre un solar de propiedad, no tiene ningún plan previo de construcción, suele ser ilegal tanto en la parcelación como en la adecuación del suelo de rústico a urbano así como los entornos que lo complementan. Esto se ha dado de manera tradicional, en Barcelona, Tenerife o Madrid, en menor proporción en otras ciudades.
Las transacciones de las viviendas se suelen hacer de manera poco legal a inmigrantes, y a procedentes del campo o de otras áreas.
El proceso de la construcción, casi siempre, se hace de forma rápida en función de las posibilidades que ofrece la parcela. Tras la construcción se comienza la época de mejoras, ampliaciones e intentar enlazarlas con otras próximas para así crear barrios marginales con fuerza social a los que hay que legalizar antes o después.
A veces, como la mayoría de los propietarios y ocupantes no se hallan en modo legal, terminan produciéndose desalojos, a los que hay que dar solución de política social municipal, o para ahorrarse gastos, permitiendo la promoción urbanística y la recalificación de los suelos rústicos a urbanos aplicándoles las oportunas inversiones desde el municipio con el que dotar de los equipamientos básicos y absorberlos como miembros municipales.

4.8 El barraquismo o chabolismo.
Cada vez se ven menos barrios de infraviviendas en nuestros entornos. Estos se levantaban con materiales de desecho sobre terrenos públicos o privados, fuera de cierto alcance y rigor de las leyes municipales.
En la actualidad sólo algunos grupos de inmigrantes, viven en estos tipos de viviendas, en los que no hay ningún tipo de urbanización ni parcelación, se han ocupado vías laterales de comunicación, vertederos, terrenos baldíos, etc. Algunos, en su momento, alcanzaron gran importancia como el pozo del Tío Raimundo (Madrid), Somorrostro (Bilbao) y el vertedero de Montjuic (Barcelona).

Con los nuevos planes de absorción, han ido desapareciendo estos numerosos grupos y otros varios en ciudades menos significativas y en su lugar se han creado provisionalmente un ordenado y numeroso conjunto de barracones o bloques de poca altura y escasa calidad a la espera de su acomodación.

4.9 Los polígonos y casas baratas
Dada la necesidad de viviendas, los municipios han tenido que actuar de manera rápida, creando residencias plurifamiliares en las que permitían, no solamente, la habitabilidad sino el desarrollo de actividades de tipo industrial y en algunas ciudades se crearon bloques, denominadas casas baratas, para dar salida a estas necesidades, haciéndolas al menor coste posible y con materiales lo más baratos posibles.

Resumen de LAS CIUDADES.
1.Funciones urbanas.
2. El plano de la ciudad.
3. Organización del espacio urbano

1. Funciones Urbanas
Todo el mundo tiene claro el concepto de ciudad y, sin embargo, geográficamente es un concepto muy complejo y fuente de múltiples discrepancias; por ello, nosotros al concepto ciudad la consideramos como un habitat concentrado con un significativo volumen de población dotada de unas funciones complejas y una organización externa que satisfaga la mayoría de las necesidades de sus habitantes, así pues es una yuxtaposición de la Historia y de la actualidad.
Decimos o definimos para usos y objetivos turísticos que: "ciudad es toda aglomeración humana, con funciones complejas y una organización externa que, a diferencia de las rurales, ejerce interrelaciones e influencia más allá del espacio que ocupa físicamente".
El concepto y función hace referencia a las actividades que desarrolla una ciudad como especialización de sus cometidos que motivan y justifican la existencia por necesidad.
La acción de toda ciudad se extiende por áreas territoriales más o menos amplia como sus propios habitantes y son precisamente estos los que explican la necesidad de su existencia y desarrollo.
Para clasificar cuales son las funciones de una ciudad hay que analizar qué actividades son las desarrolladas por sus habitantes y que están destinadas a cubrir necesidades exteriores a ella, es decir, se realizan en función de un territorio exterior a ella.
La función comercial es la más común y tradicional y ésta por si sola interesa al Turismo por las actividades mercantiles que realiza o ayuda a satisfacer a los residentes o transeuntes.
La función administrativa y la industrial son dignas y merecen especial consideración en Turismo.
La función defensiva y estratégica o militar, en el pasado, fue causa de aparición de numerosas urbes y comprendida muy fácilmente ante tanta guerra. Se pueden recordar múltiples ciudades que han nacido de la transformación de un campamento romano como Lugo o León, o por otros motivos como el castillo medieval o una fortaleza.

La función cultural interesa bastante más, en sentido muy amplio, al turismo.
Se pueden clasificar en:
a) religiosas como: Roma, La Meca, Jerusalén, Santiago de Compostela, y aportan importantes flujos turísticos
b) recreativa y ocio con sus festivales como Benicasim,
c) congresos o reuniones de todo tipo científico como los congresos en Madrid,
d) patrimoniales o de riquezas monumentales y artísticas, como Salamanca, Burgos, Toledo o Florencia
e) museísticas por sus tesoros en museos, iglesias, etc. como: Ávila, Toledo o Segovia,
f) monumentales, por sus monumentos de modernidad y tradición como Bilbao, Barcelona, etc.,
La función turística o de acogida es la que ejercen específicamente las ciudades que disponen de infraestructuras y de medios de reposo, de curación o de esparcimiento. Su especialización se nota en la profusión de hoteles, restaurantes, comercios específicos, etc. Así hay ciudades de balnearios (Archena o Vichy), de veraneo o de turismo de sol y playa como la Costa del Sol, de montaña (Vichy).
Toda ciudad suele ejercer simultáneamente la mayoría de las funciones. En casi todas las ciudades actuales es tal la multiplicidad de cometidos que desempeñan que es imposible decir cual es su función básica, salvo en las exclusivamente turísticas, en las generadas y concebidas para el propio turismo. Cualquier ciudad tiene en mayor o menor grado una función turística y siempre ha de tenerse presente que la ciudad es uno de los elementos geográficos más importantes en el Turismo.

2. El Plano de la Ciudad
Toda la estructura física de la ciudad queda reflejada, inscrita horizontalmente, en el plano, quien a la vez traduce la propia historia de aquella.
La mayor parte de las grandes concentraciones de población han ido fijando su plano espontáneamente, es decir, sin ninguna planificación urbana u ordenación conciente. Ello explica el característico desorden de las calles que se aprecia en muchos cascos antiguos de las ciudades europeas y musulmanas. Por el contrario, es raro encontrar ciudades, de cualquier época, cuyo plano haya sido programado previamente y posteriormente ejecutado.
Todos los planos urbanos obedecen, a múltiples variaciones como la propia vida de sus habitantes y necesidades, pero si hay algunas concomitancias como la tendencia algún tipo de disposiciones geométricas.
La ciudad, nace, crece y gira en torno al centro constituido por los lugares religiosos, mercantiles y administrativos más representativos donde se satisfacen las necesidades diarias.

Desde este centro de orden urbano se construyen las calles, parques, jardines, etc. y nosotros las clasificamos según los siguientes tipos de planos:
a) Ortogonal, o en cuadrícula, o en damero, en el que un conjunto de calles se alinean paralelamente, cortándose en ángulo recto con otro conjunto de calles también paralelas.
b) Radioconcéntrico. Las calles se disponen en círculos concéntricos, más o menos regulares, en torno al centro urbano, del que a la vez salen calles a modo de radios, formando una estrella, que van cortan- do a las anteriores. Este plano permite una comunicación cómoda del centro con cualquier lugar de la ciudad.
c) Lineal. Sólo hay una calle principal de gran longitud, concebida para soportar circulaciones intensas y para alojar a los organismos de la administración y de la industria, los centros comerciales, etc. Se dispone rectilíneamente y a ella se van adosando calles secundarias, paralelas, destinadas a usos residenciales. Como la mayor parte de las ciudades que desempeñan funciones complejas tienen tendencia a crecer, van ampliando su plano, de forma espontánea por lo general.
La ampliación puede producirse:
a) por agrupamiento de nuevas calles, colindantes a las antiguas, que son simple prolongación del plano inicial o, en ocasiones, que obedecen a una ordenación previamente programada en cuadrícula, etc.,
b) en estrella, con alineación de las nuevas construcciones a lo largo de las principales vías de comunicación que salen radialmente del casco antiguo. Esto hace que entre estas que- den extensas superficies vacías. Posteriormente se irán rellenando estos espacios en ulteriores ampliaciones de la ciudad;
c) por anexión de poblados. La ciudad se expande tanto que engloba a los antiguos núcleos de su periferia, incluyéndolos en su plano;
d) polinuclear. En los bordes de la ciudad primitiva y en distintos puntos de su perímetro se van yuxtaponiendo nuevas ciudades, normalmente previamente planificadas. Es el caso más fre- cuente en las ciudades coloniales;
e) planificada. Conscientes de la anarquía que creaba en la red viaria y en los equipamientos públicos y comunitarios el crecimiento espontáneo surgido de la libre iniciativa, las autoridades públicas han actuado, y cada vez más, dirigiendo la expansión urbana mediante planes de ordenación.
Por lo general tan sólo los cascos antiguos, también denominados históricos, son del interés del turista por cuanto alojan los monumentos histórico - arquitectónicos más relevantes, los servicios administrativos y los comercios de su interés. No obstante, estos dos últimos, sobre todo el comercio de lujo, tienden actualmente a situarse en otras áreas.

3. Organización del espacio urbano
Cada una de las actividades, de las funciones, que la ciudad desarrolla, incluso la turística como se acaba de señalar, tiene tendencia a concentrarse en ámbitos concretos de ella. De ahí deriva que en el plano urbano se distingan sectores especializados en una u otra función, cuyo conjunto constituye la estructura urbana.
Cierto es que no hay dos ciudades iguales en cuanto a su estructura, pero prácticamente en todas ellas pueden diferenciarse los siguientes sectores:
a) el sector central o distrito central de negocios, en el que se asientan, en edificios por lo general de gran prestigio, los principales centros comercia- les, administrativos, de ocio, financieros, sedes sociales y oficinas centrales de las grandes empresas, etc. con una intensidad y una categoría muy superiores a las de los demás sectores, con lo que se constituye en el más importante, en el auténtico corazón de la ciudad. En el Viejo Mundo suele coincidir con el casco antiguo o histórico, es decir, el turístico, si bien reciente- mente este distrito central o se desplaza a otros sectores, o se desdobla. Como característica fundamental presenta una fácil accesibilidad desde cualquier sector, puesto que suele ser también el centro neurálgico de los transportes urbanos. La población residente normalmente es escasa, repelida por el elevado valor del suelo y la excesiva actividad diurna;
b) los sectores residenciales. Suelen distribuirse en barrios, que poseen importancia y sentido propios. Unos barrios suelen diferenciarse de otros por la morfología y equipamientos colectivos, por su diferenciación social y profesional, por su mayor o menor seguridad, etc. También se encuentran diferenciaciones entre barrios puramente residenciales, barrios industriales y barrios con importantes actividades comerciales (comercio de lujo, de marca); e) el sector periurbano. Sólo interesa aquí porque en las afueras se están localizan- do grandes áreas comerciales, con amplios estacionamientos, hipermercados, etc. Claro es que esta estructura urbana sólo aparece en las ciudades del mundo desarrollado. En el Tercer Mundo lo habitual es que los sectores centrales estén ocupados por las clases acomodadas y que el área periurbana que los envuelve sea un hervidero de chabolas de las inmensas masas de desheredados.

Ejemplos de Urbanismo
Las ciudades españolas están jerarquizadas en función de la población que tienen. (Madrid y Barcelona por razones económicas e históricas), luego aparecen 4 ciudades con más de 500.000 habitantes y otras varias entre 250.000 y 500.000.
La distribución geográfica de las aglomeraciones urbanas de España nos presenta cuatro grandes áreas.
1. La Mediterránea o levantina, que se explica por cuestiones históricas y económicas,
2. la cornisa cantábrica, a la que la reconversión industrial y la PAC la han situado en un proceso de crisis, el cuadrante NW gallego, localizada la población en litoral
3. el sur andaluz, con una doble bifurcación, separada de las béticas y que coinciden con los grandes ejes económicos de Andalucía; la costa y la depresión bética (turismo y agricultura). La fuerte densidad demográfica del sur se explica más por razones históricas y demográficas que económicas
4. las excepciones de Madrid (por su centralidad) y Zaragoza (por su desarrollo económico en el eje del Ebro)
Si trazamos un Y griega sobre ella estarían las principales ciudades demográficas y zonas desarrolladas.

Ejemplos de ciudades brevemente comentadas:
1.- El casco antiguo de Toledo es un ejemplo clarísimo un plano irregular, caracterizado por calles estrechas y de trazado irregular. Responde a un crecimiento lento, donde primero se hacen los edificios y luego van apareciendo las calles. Dominan así las esquinas redondas, las calles cerradas, la ausencia de plazas, los callejones, etc. Como ventajas ofrece la adaptación al emplazamiento (en este caso un meandro del río Tajo) y al relieve, evitándose así las grandes pendientes, otra ventaja es que tipo de calles ayudan a paliar las condiciones atmosféricas extrema (calor y frío)... Como inconvenientes la inadaptación a las circulación actuales del tráfico rodado. En el caso del casco antiguo Toledo refleja muy bien la mezcla de las tres culturas que se dio en esta ciudad (musulmanes, cristiano y judíos), como se puede ver en sus barrios intra muros, pues en la actualidad la ciudad crece en zonas semillanas del Tajo y no en la zona de los cigarrales o zona montañosa del sur.

2.- El plano de Castellón es un ejemplo claro de plano ortogonal de finales del S. XIX o principios del S. XX, en damero o en cuadrícula. Responde a un crecimiento rápido planificado, por lo que primero se planifican las calles y plazas y después se van haciendo los edificios. Ello explica la amplitud de las calles, su trazado rectilíeneo, la jerarquización de sus ejes principales y secundarios, la presencia de plazas, parques y equipamientos, en general. La gran ventaja de este tipo de planos es su adaptación a las circunstancias actuales del tráfico rodado, sus desventajas son además de los cruces, la inadaptación al relieve y al clima. En las zonas de los ensanches modernos se hallan ciertas dificultades con algunas pendientes.
Del análisis cuidadoso del plano reticular u ortogonal, se desprende que la ciudad se construyó en una época de crecimiento, posiblemente a finales del siglo XIX o en la década de los sesenta. Nos inclinamos más por finales del siglo XIX por la presencia de la estación de ferrocarril y una amplia avenida que la comunica con el Centro. Las ciudades son un ente biológico que evoluciona. Posiblemente era centro comercial y hoy es el casco histórico más bien en un proceso de envejecimiento y terciarización.
TRABAJO
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